Ante lo acaecido el 25A
La realidad es testaruda y vuelve a confirmar la justeza de nuestros análisis (en concreto, de este http://goo.gl/VqqGP ). Las contradicciones inherentes al sistema capitalista siguen agudizándose, y en el transcurso de la lucha de clases se van cayendo las caretas de los claudicadores en la lucha de la clase obrera.
El 25 de Abril vimos como buena parte de los movimientos sociales, y partidos pretendidamente comunistas, daban la espalda a una convocatoria que, a pesar de ser un fracaso en asistencia -en relación a lo que se esperaba-, consiguió reunir a algunos de los elementos más combativos y conscientes de la clase obrera madrileña. 15M, DRY, PCE-IU, CCOO-UGT, PCPE, etcétera se posicionaron claramente en contra u obviaron esta movilización. ¿Por qué?
La realidad es que estos movimientos sociales, partidos y sindicatos están dominados – y domados – ideológica y políticamente por la pequeña burguesía proletarizada y por la aristocracia obrera. Estos sectores, de ideología netamente burguesa, sólo aspiran a recuperar sus estándares de vida previos al período de crisis de sobreproducción capitalista, sueñan únicamente con volver a ese efímero espejismo que fue aquel período de ‘bonanza’. Por eso en sus consignas, proclamas y peticiones – pues ni siquiera son exigencias – nunca sobrepasan los límites impuestos por la lógica del capital ni el marco democrático-burgués.
Por otro lado, conociendo los terribles datos de paro – más de 6.200.000 parados – y miseria – más de 1.700.000 hogares con todos sus miembros desempleados – en el Estado español, es obvio que la clase obrera buscará nuevas alternativas en lo que a movilización se refiere – rodeos/asedios al congreso, escraches, etc. -. El 25 de Abril asistimos a uno de esos tenues intentos de los elementos más combativos de la clase obrera, vimos cómo empiezan a comprender, poco a poco, que dentro del capitalismo no hay solución.
Pero es precisamente esto lo que los oportunistas de derecha y los izquierdistas no comprenden. Los primeros piensan que las masas caerán en sus brazos si participan en la retaguardia de todas las reivindicaciones economicistas; los segundos creen que la vanguardia ha de tirar de las masas, no entrelazádose con ellas, sino estimulándolas externamente, usualmente con violencia. Ambas tácticas son completamente antileninistas, por ello no han dado ni darán nunca resultado. El PCOE en Madrid es plenamente consciente de lo necesarios que son estos elementos avanzados que otean el horizonte y, ahora, tímidamente, intentan ir más allá. Estos sectores avanzados – los obreros más intrépidos de cada centro de trabajo, los estudiantes que muestran mayor arrojo, nuestros vecinos más entregados en las luchas barriales, etc. – han de ser ganados para la causa del socialismo científico, pues serán los eslabones intermedios que unan efectivamente al Partido con las masas.
El Partido Comunista, estandarte de la unión del movimiento obrero con la vanguardia portadora del socialismo científico, no puede tampoco prescindir de estos movimientos espontáneos si realmente aspira a realizar la revolución socialista. De igual manera, es esencial tener claro y presente en todo momento que estos movimientos espontáneos nunca llegarán a ostentar posturas revolucionarias por sí solos, como apuntábamos en el análisis previo a la convocatoria. Será cuando, elevados y dotados de una organización consciente y consecuente, dirigidos por la ineludible vanguardia del proletariado, podremos enfrentarnos de forma eficaz a nuestro enemigo antagónico en los tres aspectos de la lucha: el ideológico, el político y el económico.
Del mismo modo, es vital comprender la necesidad de edificar el Poder obrero, fuerte y expandido por cada rincón de las ciudades y del campo, capaz de confrontar con el Estado burgués. A medida que desarrollemos el poder popular, emanado directamente desde cada centro de trabajo, de estudios y barrios, constituiremos los órganos de poder que conformarán y dirigirán el futuro Estado Obrero. Esta dualidad de poder existente entre la máquina estatal burguesa y el gérmen del Estado Socialista – dirigido por la vanguardia del Proletariado -, supondrá la posibilidad de la confrontación directa con nuestro enemigo antagónico, y por ende, la toma del Poder por parte del trabajador. El fin de la explotación y de la barbarie, el advenimiento del Socialismo.
Entendemos, como no podía ser de otra forma, que ésta es una taréa hercúlea, y que para su consecución es indispensable, además de la constante lucha encarnizada contra el revisionismo y el oportunismo, la unidad de la vanguardia teórica.
Por todo lo anteriormente expuesto, desde el PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL en Madrid, hacemos un llamamiento a todos los comunistas del Estado a engrosar las filas del PCOE para luchar consecuentemente por el Frente Único del Pueblo; por el Socialismo.
¡POR LA EMANCIPACIÓN DE LA CLASE OBRERA!
¡POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!
¡POR EL SOCIALISMO!
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!
Partido Comunista Obrero Español en Madrid.