Sólo el proletariado puede detener la guerra y los crímenes de los imperialistas
El pasado día 2 de mayo fueron quemados vivos al menos 46 sindicalistas, muchos de ellos, militantes del Partido Comunista de Ucrania, y otros 200 fueron heridos en la ciudad de Odessa, cuando los fascistas que gobiernan Ucrania tras un golpe de estado apoyado, financiado y dirigido por el imperialismo norteamericano y europeo, incendiaron la Casa de los Sindicatos de la citada ciudad ucraniana. No contentos con incendiar el edificio de los Sindicatos, los fascistas ucranianos esperaban fuera armados con palos, fusiles y pistolas, la salida de las personas del edificio incendiado para apalearlas o dispararles a quemarropa, al igual que los fascistas hicieron en Vitoria el 3 de marzo de 1976. Asimismo se sucedieron combates en otras ciudades del este de Ucrania como Kramatorsk o Slaviansk, que arrojaron decenas de muertos y heridos. El Partido Comunista Obrero Español lamenta la sangre obrera derramada y condena a los imperialistas de todo este salvajismo que padecemos. Estos muertos, así como todos aquéllos que han perecido en el mundo desde la caída del campo del Socialismo Real, tienen unos responsables: los imperialistas, y dentro de ellos incluimos también a todos los oportunistas y chovinistas de todas las nacionalidades cultivados en el Movimiento Comunista Internacional desde la década de los 60 del siglo pasado, responsables de la implosión del campo socialista y de la URSS.
Los efectos de la caída de la URSS, tan aplaudida por imperialistas y su cohorte de oportunistas, para el mundo fueron devastadores. De hecho, el mismo estado español, a través del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional del Ministerio de defensa, reconoce que con la caída de la URSS y “la restructuración del régimen de la propiedad, se enriqueció a un pequeño grupo de personas que constituyen una élite económica sin legitimidad ni escrúpulos, frente a la situación de clases sociales medias y bajas cada vez más deterioradas. Pobreza, paro, injusticia y exclusión social estaban, y están en algunos países, a la orden del día.”.
Lo que acontece hoy en Ucrania es una pugna entre imperios. Por un lado está la geopolítica y la expansión del bloque imperialista europeo-norteamericano, así como de su brazo militar OTAN, cercando a Rusia. En 1999 Hungría, República Checa y Polonia; en 2004 Bulgaria, Eslovenia, Rumania, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Estonia; en 2009 Croacia y Albania. Georgia y Ucrania son los siguientes países que la OTAN prevé engullir, así como ésta última también por la Unión Europea. Por otro lado, Ucrania es una pieza clave de obtención de recursos energéticos para el bloque imperialista europeo. Ucrania posee la décima reserva más importante de Uranio; por su territorio pasan los gaseoductos y oleoductos que proveen de gas y petróleo a la Unión Europea, fundamentalmente a Alemania, estando dentro de las apetencias imperialistas el control de dichos gaseoductos y oleoductos. En definitiva, intereses económicos, control sobre los recursos energéticos y control sobre el territorio, geopolítica, es lo que se dirimen hoy los imperios con Ucrania, al igual que con Siria, Mali, etcétera.
La guerra imperialista – que se ha sucedido por todo el continente africano, por Oriente Medio, en la injerencia política, económica y militar en los países – llama a las puertas de la potencia imperialista rusa, estando prácticamente cercada por la OTAN. Se suceden ejercicios militares de la OTAN con militares norteamericanos en antiguo territorio del Pacto de Varsovia como Lituania, Letonia, Estonia o Polonia. Así mismo, durante el mes de mayo la OTAN ha realizado maniobras militares en las islas baleares, no debiéndonos olvidar que en Rota hay destructores norteamericanos que forman parte del escudo antimisiles estadounidense. El imperialismo es la guerra, y el riesgo de que se desencadene una guerra mundial de incalculables consecuencias para el género humano está latente. El estado español, al formar parte de la OTAN y de la UE, está en primera línea de guerra en el caso de que se desencadenen totalmente las hostilidades.
La burguesía ha demostrado a lo largo de la historia del desprecio que siente por las vidas humanas. Para los imperialistas, el derramamiento de la sangre obrera – que son los que mueren en las guerras – es lícito si con ello se reparten el botín y someten la voluntad de los Pueblos. La burguesía es una clase inhumana, donde su alma es el lucro y por él no dudan en lanzar bombas atómicas, asesinar a millones de seres humanos, hacer guerras y crear bestias como Hitler, Franco, Pinochet o la pandilla de fascistas que gobiernan hoy Ucrania teledirigidos desde el Pentágono y Bruselas. Tan burgués e imperialista como norteamericanos y europeos es el gobierno ruso y su máximo dirigente Vladimir Putin ( discípulo del criminal nacionalista ruso y anticomunista Yeltsin, que ascendió al Poder gracias al apoyo de los grandes jerarcas rusos y que ha desarrollado una política capitalista donde la minoría oligarca controla el 90% de los recursos de Rusia), que ha impulsado la militarización de su economía, que forma parte de todas las instituciones imperialistas que dirigen el mundo, que tiene 4 monopolios – tres monopolios petroleros y un banco – entre los 100 más potentes del mundo y 28 entre los 2000 más fuertes, etcétera.
La única salida que tenemos los Pueblos para frenar la guerra imperialista, que es la forma en la que los capitalistas resuelven sus cuitas, es la unión de los trabajadores contra el sistema capitalista, contra los estados capitalistas y contra la burguesía. La única salida que tienen los trabajadores y las clases populares de Ucrania y Rusia, azotadas por los capitalistas y sumidas en la miseria, es unirse y luchar contra los imperialistas y por la consecución del Socialismo.
Votar en las elecciones europeas del próximo 25 de mayo es justificar todos estos asesinatos perpetrados por los imperialistas y justificar las guerras de carroña que los monopolios y los gobiernos al servicio de ellos hacen para robarles a los pueblos su riqueza y sus recursos. Votar en las elecciones europeas del próximo día 25 de mayo es sinónimo de aprobar el derramamiento de sangre inocente para que la oligarquía financiera se lucre. Votar en las elecciones europeas se legitimar a aquéllos que han condenado a los trabajadores al paro, el desahucio, el exilio, la falta de futuro y el suicidio, que le han robado el dinero al Pueblo para salvar a los bancos y a las grandes empresas.
En las manos de los explotados, de los parias, de los trabajadores, está el fin de la locura imperialista, de la paz, y para ello no tenemos otra salida que romper con el Estado burgués y las estructuras políticas actuales. Por ello el Comité Ejecutivo del Partido Comunista Obrero Español hace un llamamiento a los trabajadores del estado español a la abstención en las próximas elecciones europeas y a organizar el FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO, o lo que es lo mismo, desarrollar los órganos de poder popular; órganos que perfectamente pueden y deben sustituir a las instituciones capitalistas y representar una nueva democracia para construir una sociedad distinta en la que deje de existir el que una minoría (capitalistas) viva a costa del trabajo y del sufrimiento de la mayoría (trabajadores) y que nos abra camino a otro sistema donde la mayoría trabajadora dirija económica, ideológica y políticamente la sociedad donde desaparezca por completo la explotación del hombre por el hombre, enviando al capitalismo y a la burguesía al estercolero de la historia.
¡ABAJO EL CAPITALISMO!
¡POR EL SOCIALISMO, CONSTRUYAMOS PODER POPULAR, CONSTRUYAMOS FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!
COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)
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