Sobre las luchas obreras en Francia y la reforma de las pensiones

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Francia
 
La huelga general en Francia que dio comienzo el 5 de diciembre y que se ha extendido hasta esta semana pone de relieve las contradicciones de clase entre la burguesía y el proletariado francés. Convocada y dirigida por el sindicato Confédération Générale du Travail (CGT), algunas de cuyas federaciones pertenecen a la Federación Sindical Mundial (FSM), la huelga ha trascendido a los sectores principales del país y ha llegado a paralizar el transporte público.

Las movilizaciones y paros contundentes de un sector de la clase obrera gala se deben a una reforma de pensiones criminal. Los voceros del capital aseguran que el actual sistema de pensiones es “insostenible” y defienden una reforma que obligará a los franceses a trabajar más años para su pensión actual. De este modo, el presidente del Gobierno, Emmanuel Macron, pretende unificar los 42 regímenes especiales para acabar, según el títere del capital, con los “privilegios” de algunos colectivos de trabajadores, como el de los obreros ferroviarios. Es decir, su estrategia consiste en señalar como culpables de la insostenibilidad de las pensiones a los trabajadores que todavía conservan los escasos derechos laborales que aún no se les ha arrebatado.

La realidad es que el Gobierno de Macron, como obediente siervo del capital, está apretando la soga de la horca a las clases populares francesas mientras aligera las cargas sociales y fiscales a los monopolios y a la oligarquía financiera. Pero, a estas alturas, ni siquiera la represión policial aplicada por la república burguesa francesa puede amedrentar al pueblo trabajador, cuyo descontento no cesa de crecer. A las movilizaciones se han sumado cada vez más capas populares, como los estudiantes, los jubilados y los autónomos, conectando con el movimiento de los “chalecos amarillos”, que cada vez adquiere un carácter más de clase y antisistema.

Macron repite que la reforma es necesaria por la “insostenibilidad del sistema de pensiones”. Este argumento que sirve para justificar medidas despiadadas contra la clase obrera es una consigna que se escucha cada vez más en los distintos países capitalistas del globo. En el Estado español, los voceros del capital afincados en el Congreso repiten el lema cada día, hasta el punto de desatar el descontento de colectivos como el de los pensionistas, que no solo han organizado concentraciones semanales en distintos puntos del país, sino que también han emprendido marchas de cientos de kilómetros para exigir que no se dinamite el sistema público de pensiones.

En esta estrategia del capital por privatizar el sistema de las pensiones, los medios de comunicación juegan un papel crucial. En España, la mentira de la “insostenibilidad de las pensiones” se reproduce regularmente por los medios del capital, que curiosamente comparten accionistas en sus respectivos consejos de administración. El Banco Santander de Ana Botín es dueño y señor de la información en España y sus accionistas principales son bancos custodios como el Street State Bank o Chase Nominees. Este último pertenece a JP Morgan Chase, uno de los bancos más grandes del mundo, que, a su vez, tiene como dueños principales los fondos de inversión Vanguard Group y BlackRock.

BlackRock es el mayor gestor de activos del mundo; activos que salen, por ejemplo, de fondos de pensiones. Este fondo de inversión, que además de ser accionista de BBVA, Telefónica, Santander, Repsol, Apple, Google, Microsoft, HP y ExxonMobil, es, además, gestora privada de fondos de pensiones de un sinfín de países del mundo. Y junto a BlackRock se encuentra el fondo buitre Blackstone, el mayor casero de vivienda en el Estado español, quien recientemente se ha apuntado también al negocio de la gestión de planes de pensiones privados. Por todo lo expuesto, no es de extrañar el interés en desmantelar y privatizar el sistema público de pensiones bajo la falacia de que es “insostenible”.

Taha ????@MTGphotographe
 
 

Lancer une grenade en cloche sur la foule compacte qui explose a hauteur de tête, moi j’appelle ça un acte criminel. @prefpolice un avis ?

 

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La reforma de las pensiones de Macron responde a las necesidades históricas que exige el sistema capitalista para mantenerse en pie. El imperialismo, fase superior del capitalismo, en su etapa monopolista, se encuentra azotado por sus propias contradicciones, en quiebra y en un momento terminal. Las medidas del Ejecutivo francés, emuladas sistemáticamente por sus hermanos capitalistas del resto del planeta, son síntoma del estado de profunda agonía del sistema socioeconómico de la burguesía.

El capitalismo atraviesa una crisis existencial y la burguesía es consciente de que su sistema de dominación y de salvaguarda de sus privilegios de clase se encuentra al borde del abismo de la historia. Las contradicciones del sistema son tales que el capitalismo ya no se sostiene económica ni políticamente. El capital financiero, cuyo máximo representante es el Fondo Monetario Internacional (FMI), exige medidas aún más duras contra los trabajadores y dicta a los Gobiernos de los países capitalistas que recrudezcan sus políticas para exprimir todavía más al proletariado.

Los trabajadores del mundo y las nuevas generaciones de obreros ven hoy cómo la burguesía recorta sus derechos para sobrevivir mientras en el horizonte crece la sombra de una nueva crisis financiera, aún más devastadora que la de hace nueve años, que amenaza con sumir todavía más en la miseria a los pueblos del planeta. En un período histórico donde los intereses antagónicos de clase chocan a magnitudes inconmensurables, donde la burguesía solo puede mantener en vida a su sistema capitalista explotando aún más a los obreros, pero con un proletariado harto y violentado que se rebela cada día más contra la injusticia, la burguesía solo puede preservar su sistema por medio de la violencia, la fuerza bruta y la reacción. Y es en estos momentos de crisis, donde lo viejo no acaba de morir y lo nuevo está todavía por nacer, que crece el monstruo engendrado por la burguesía para salvaguardar su dominio de clase: el fascismo.

 

Las movilizaciones obreras de estos días han sido un verdadero quebradero de cabeza para Macron. Sin embargo, por muchas huelgas, barricadas o guerrillas urbanas que se lleven a cabo, si estas solo atacan a los síntomas y no cuestionan el régimen económico, político y social, todo esfuerzo será en vano. Las protestas contra las políticas del Estado francés se dirigen solo hacia objetivos meramente económicos, si no caen directamente en el espontaneísmo. Y la mayoría de los huelguistas y manifestantes apelan al “espíritu de la V República Francesa”, cuyo corazón es la propiedad privada y la economía de mercado. Si no se ataja el problema de raíz, la burguesía y su Estado saldrán victoriosos y el capitalismo seguirá en pie, moribundo, pero en pie, otros tantos años a base de más recortes de derechos y libertades.

Estas luchas por sí solas no acabarán con el régimen de producción capitalista, origen de todos los males de la clase obrera mundial, si no existe un Partido de vanguardia del proletariado, un Partido Comunista, que sirva como instrumento para fusionar la ciencia del marxismo-leninismo con el movimiento obrero, que funcione como herramienta del proletariado en su misión histórica de derrocar revolucionariamente el capitalismo y alzar su antítesis, su negación dialéctica, su única alternativa: el Socialismo.

“Las crisis demuestran que los obreros no se pueden limitar a luchar para obtener de los capitalistas concesiones parciales, pues, cuando se produzca el ‘crack’, los capitalistas no solo arrebatarán a los trabajadores los derechos conquistados, sino que los harán todavía más precarios. Y así continuará sucediendo inevitablemente hasta que los ejércitos del proletariado socialista echen abajo el dominio del capital y de la propiedad privada de los medios de producción”, V. I. Lenin.

Desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE), expresamos nuestro más ferviente apoyo y camaradería internacionalista con los trabajadores franceses en huelga. Las movilizaciones han demostrado que el poder burgués puede sangrar. Paralizando la producción e intensificando la lucha, el proletariado de Francia es un ejemplo de resistencia para los pueblos de Europa contra las medidas antiobreras que se promueven en cada rincón del continente.

Los comunistas del PCOE nos comprometemos a seguir firmemente del lado de la clase obrera francesa y a apoyar sus legítimas luchas. Hacemos un llamamiento a los trabajadores de Francia y del resto del mundo a que militen en sus centros de trabajo en las organizaciones sindicales de clase y combativas adheridas a la Federación Sindical Mundial.

Finalmente, transmitimos nuestra más sincera solidaridad hacia los represaliados por las brutales agresiones policiales del Estado francés y exigimos la dimisión inmediata del presidente Emmanuel Macron. Animamos a nuestros hermanos de clase en Francia a que no abandonen la lucha y a que redoblen e intensifiquen sus esfuerzos para avanzar decididos hacia la toma revolucionaria del poder, hacia la destrucción del capitalismo y hacia la fundación del único sistema posible que garantice el bienestar de la clase trabajadora: el Socialismo.

 

¡Contra el capitalismo criminal! ¡Todos unidos en la lucha!
¡Reforcemos el sindicalismo de clase y combativo!
¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Por el Socialismo!

Secretaría de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)

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