Muere George HW Bush, otro presidente de la burguesía

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GeorgeBush

Si algo tiene la burguesía estadounidense es una descarada facilidad para gobernar su propia maquinaria de represión estatal sin la necesidad de lacayos pagados de su bolsillo, como es costumbre que ocurra en el viejo continente. Personajes como los Bush o Donald Trump son directamente algunos de los más poderosos burgueses de Estados Unidos.

En el caso de George HW Bush, hijo de un rico empresario del acero además de senador, amasó una fortuna de más de 20 millones de dólares en el negocio del petróleo con las compañías Bush-Overbey Oil Development y la Zapata Corporation, que fundó en los años 50 con las riquezas generadas por los obreros explotados por su padre años atrás.

Congresista, embajador ante las Naciones Unidas y en China, jefe del Partido Republicano, director de la CIA y vicepresidente de la era Reagan, George Bush padre fue sumergiéndose en las cloacas del estado hasta conocerlas a la perfección y hacerse presidente. No extraña, con su historial de explotador, el conocimiento profundo del negocio mundial del petróleo y su invasión criminal en el Golfo Pérsico para proteger los intereses del imperialismo yanki, aprovechando la caída de la URSS, ya putrefacta por el revisionismo.

Criminal, inhumano y anticomunista convencido, intentó por todos los medios -en su época de vicepresidente- impedir la independencia de Angola aliándose con el régimen sudafricano del apartheid para que, en octubre de 1975, las tropas de los racistas surafricanos ocuparan Cunene en la frontera sur, mientras que por el norte las fuerzas del régimen de Zaire y bandas de mercenarios reclutados en países de Europa y EE.UU. penetraran y avanzaran hacia Luanda, la capital de Angola. A pesar de sus intentos, tanto Angola como Namibia lograron la independencia -gracias en buena parte a la ayuda del ejército cubano-, lo que provocó la posterior liberación de Zimbabwe y la desaparición del odioso régimen del apartheid en Sudáfrica.

Ha muerto un burgués criminal y asesino, que hizo todo lo posible para proteger los intereses del capital estadounidense por encima de los pueblos del mundo, que invirtió todos sus esfuerzos en hacer de este mundo un lugar peor, trabajando incansablemente por la caída de la Unión Soviética y aprovechando sus efectos en beneficio de la clase explotadora. Todos los que hoy le homenajean son fieles siervos del capital, igual de inhumanos e indignos que él, como el socialfascista Pedro Sánchez, que prefiere dar el pésame a la familia de este asesino que a la de la mujer que se suicidó el pasado 26 de noviembre cuando la desahuciaban de su casa.

La clase obrera no echará de menos a los asesinos como los George Bush, padre e hijo, ni a los lacayos que hoy le homenajean. Se puede comprobar en estos días como aquellos personajes que atacan y reprimen a los pueblos, actuando siempre en favor de la minoría explotadora, son premiados por el imperialismo y sus acólitos. Su muerte provoca que los medios de comunicación del capital llenen horas y páginas completas ensalzando su figura con mentiras y falsos méritos.

¡MUERTE AL IMPERIALISMO ASESINO!

D. García – Secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)

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