La detención de Pablo González es una muestra más de la podredumbre del sistema imperante
Hoy se cumple un mes desde que el periodista Pablo González fuera secuestrado y encarcelado por el régimen polaco, acusado de espionaje al servicio de la inteligencia militar rusa (GRU).
Fiel a la esencia fascista de Polonia, la detención y encarcelamiento han estado caracterizadas por mantener a Pablo prácticamente incomunicado. A su abogado, Gonzalo Boye, se le ha denegado hasta ahora la posibilidad de visitarle y de tener conocimiento de las pruebas que el Estado polaco afirma disponer. Casos como el de Pablo vuelven a demostrar como las propias instituciones burguesas se saltan de forma inequívoca su propio marco legal, vulnerando en este caso el derecho a la defensa de la persona detenida, derecho recogido en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
El reportero en cuestión se hallaba cubriendo la región de Donbass para varios medios cuando fue requerida su presencia en Kiev por parte de la inteligencia ucraniana, esta última le acusaba de ser un espía ruso y le “invitaba” a salir del país; en ningún momento se registró de manera oficial una orden de expulsión. A la vez que ocurría esto, varios agentes del CNI acosaron a familiares y a amigos del periodista para sonsacarles cualquier información de carácter personal. Tras abandonar Ucrania, estuvo cubriendo desde la frontera la crisis humanitaria tras la invasión rusa.
Desde que iniciara el conflicto, la maquinaria propagandística de los Estados burgueses occidentales está realizando toda una serie de acciones que demuestran abiertamente su finalidad manipuladora para con las amplias masas proletarias: señalar a diversos medios de comunicación y censurarlos completamente (como RT o Sputnik), silenciar a periodistas freelance, acusar a distintas personalidades desde lo deportivo hasta lo cultural de “prorrusos” por ser críticos con la OTAN e incluso llegando a blanquear a batallones paramilitares que son abiertamente nazis. Todos estos elementos, que demuestran que la libertad de prensa no es sino la libertad de corporaciones como Atresmedia y Mediaset, que controlan cuidadosamente lo que se dice y quién lo dice en prensa, radio y televisión, nos dan pistas muy valiosas sobre cómo orquestaría la burguesía española su violencia de clase en el caso de encontrarse frente al movimiento obrero revolucionario por el socialismo.
La propaganda de guerra y la censura desplegada durante estas semanas son el sinónimo de la podredumbre del modo de producción capitalista, el cual se encuentra totalmente enquistado, en un callejón sin salida. La oligarquía occidental lo está apostando todo a la batalla ideológica para tratar de forzar unas condiciones subjetivas frente a la decadencia en el terreno económico, que se expresa por medio de una tasa de ganancia cada vez menor y con un desarrollo de las fuerzas productivas que no se corresponde ya con la base económica existente en el capitalismo monopolista.
Desde el Partido Comunista Obrero Español nos solidarizamos con Pablo González y con todos sus familiares y allegados, y le mostramos todo nuestro apoyo y solidaridad en estos momentos tan difíciles. Del mismo modo, condenamos al aparato represivo del Estado polaco y de la Unión Europea, que no dejan de constatar su esencia fascista y criminal.
¡ORGANICEMOS LA SOLIDARIDAD!
¡SOCIALISMO O BARBARIE!
Madrid, 28 de marzo de 2020
SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)