El terrorismo y el fascismo son consustanciales al capitalismo
En 1978, el presidente de Estados Unidos Jimmy Carter firmaba un decreto presidencial secreto que autorizaba la financiación de guerrillas anticomunistas en Afganistán para luchar contra el gobierno de la República Democrática de Afganistán y contra el Ejército Rojo de la Unión Soviética, en un intento de tender una trampa a la URSS y convertir Afganistán en el Vietnam de los soviéticos, en lo que se denominaría Operación Ciclón. Para dichas guerrillas se reclutaron a fundamentalistas islámicos (muyahidines) que posteriormente se convirtieron en talibanes.
En 2014, el diario británico The Guardian, publicaba que EEUU estaba invirtiendo cientos de millones de dólares en financiar a la oposición venezolana, una oposición que ha quemado a varias personas, matado a tiros al juez que condenó a Leopoldo López y asesinado o herido a cientos de personas en su intento por derrocar al gobierno, primero de Hugo Chávez y ahora de Nicolás Maduro.
En una entrevista de 2016, Julian Assange comentaba que algunos de los correos electrónicos de Hillary Clinton publicados por Wikileaks contenían evidencias de que EEUU facilitó la entrega de armas a grupos terroristas como Daesh en Siria (ISIS). Otra información publicada por Wikileaks en junio de 2017, revelaba que Hillary Clinton había pedido en una carta dirigida a John Podesta, asesor de Barak Obama, que se presionase a las autoridades de Qatar y Arabia Saudí para que dejaran de apoyar a Daesh.
El desarrollo del capitalismo conduce inevitablemente a la sobreexplotación de los recursos del planeta, lo cual exige que las grandes potencias imperialistas tengan que buscar esos recursos fuera de sus propias fronteras. La guerra permanente por el control de recursos lleva años realizándose de manera subrepticia, sin declaraciones de guerra formales, pero usando otras “herramientas” para tomar el control de ciertas zonas estratégicas del planeta. Oriente Medio, por sus reservas de petróleo y su posición geográfica, y Venezuela, como uno de los mayores productores de petróleo del mundo, son hoy en día dos de los principales objetivos del imperialismo. Entre estos países, no todos sus gobiernos son afines a los intereses de las potencias imperialistas. La estrategia usada para ’intervenir’ (invadir) militarmente en los mismos es desestabilizar a esos gobiernos, financiando a grupos opositores violentos y propiciando, llegado el caso, un golpe de estado que ponga en el poder a un gobierno más afín, o una intervención militar para ‘salvar’ al pueblo de los terroristas previamente financiados por ellos.
Una estrategia similar fue usada previamente por Reino Unido y Estados Unidos en la etapa previa a la Segunda Guerra Mundial, en el que fue conocido como Plan Dawes. La Reserva Federal de EEUU y el Banco de Inglaterra financiaron a los nazis en Alemania, en un plan para establecer un control absoluto sobre el sistema financiero alemán y por extensión de Europa central, y para combatir el auge del Socialismo. Se agudizó la crisis financiera del país endureciendo las condiciones de pago de la deuda de la Primera Guerra Mundial para desestabilizar la economía y propiciar el descontento de la población, financiando posteriormente al Partido Nacionalsocialista alemán que llevaría a Adolf Hitler al poder.
Los movimientos fascistas y de ultraderecha resurgen por todo el mundo hoy en día, financiados por grandes capitales con el objetivo captar el descontento de la población ante la situación económica, y como contraposición ideológica al Socialismo, única salida real para el pueblo trabajador ante la debacle capitalista. Es significativo como, el Comunismo, una ideología a la que dan por obsoleta y enterrada, sigue siendo combatido con todos los medios posibles por parte del imperialismo, revelando de esta forma la importancia y relevancia del mismo. Es el propio capitalismo el que genera las condiciones para una revolución socialista, y son los propios imperialistas los que están señalando involuntariamente el camino que debe seguir la clase trabajadora; el camino del Socialismo.
Mientras exista el capitalismo, existirán el fascismo y el terrorismo, independientemente de la forma que adopten, ya sea mediante un baño de religiosidad (ISIS), a través de movimientos opositores violentos (Venezuela) o directamente dictadores al servicio del imperialismo (Batista, Pinochet, Videla, etc). Los atentados en suelo europeo de los últimos años son las consecuencias directas del desarrollo del sistema capitalista, y continuarán sucediendo mientras este exista. La solución pasa por la construcción del socialismo; sólo de esta forma podremos los trabajadores imponer unas condiciones de producción que acaben con la anarquía capitalista y las consecuencias que sufrimos hoy en día: paro sistémico, pobreza, desahucios, muertes por accidentes laborales, EREs, precarización de todos los sectores, guerras imperialistas por control de recursos.
POR LA SUPERACIÓN DEL CAPITALISMO
POR EL SOCIALISMO
Secretaría de Agitación y Propaganda del Comité Provincial de Sevilla del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)