Asedio y genocidio en la Franja de Gaza
El pasado sábado, todos los medios de comunicación se hacían eco del ataque sorpresa perpetrado por Hamás contra el Estado fascista de Israel, el cual dejó tras de sí alrededor de 1.000 muertos y provocó la movilización de las Fuerzas de Defensa de Israel, que no tardaron en aprovechar este suceso para bombardear indiscriminadamente a la población en Gaza y continuar así con el genocidio palestino.
La inmoralidad, hipocresía y las ansias de sangre de los líderes del imperialismo se descubrieron de inmediato. Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, declaró que «El ataque terrorista de Hamás es un acto de guerra. Y apoyamos plenamente el derecho de Israel a defenderse. Europa apoya a Israel en esta tragedia». Curiosamente, no se conocen declaraciones de esta fascista sobre el proceso de ocupación militar del territorio palestino, la colonización y el apartheid sufrido desde 1948. Tan defensora que es ella de la “democracia” y la “paz” y no ha tenido tiempo para denunciar los continuos ataques que el Estado genocida de Israel ha perpetrado durante décadas en tierras palestinas, los ataques de colones israelíes hacia ciudades o comercios palestinos en Cisjordania ocupada, los bombardeos sobre hospitales infantiles, campamentos, escuelas y otras estructuras no militares, el sabotaje en las instalaciones eléctricas en la Franja de Gaza, el bloqueo de combustible o la negación a la entrada de vacunas y materiales médicos en los Territorios Palestinos Ocupados durante la pandemia de la COVID-19, quebrantando en innumerables ocasiones el Derecho Internacional.
Por su parte, no podían faltar en este escenario las declaraciones del criminal de guerra Joe Biden, líder del Estado más criminal que ha conocido la humanidad, el cual salió a defender la nueva ofensiva israelí al tiempo que declaraba un aumento en el apoyo armamentístico de EE.UU., poniendo así su maquinaria armamentística a pleno funcionamiento entre las guerras de Ucrania e Israel y la creciente militarización de Taiwán. Pese al júbilo que en su día experimentó la “izquierda” del sistema ante la victoria electoral de Joe Biden y Kamala Harris, desde el PCOE ya advertimos en noviembre de 2020 lo siguiente:
«El Partido Demócrata es el partido de Wall Street. Es el partido del aparato militar. El partido de la pequeña burguesía que ansía alcanzar puestos de privilegio en el Estado, en la academia (como Angela Davis que llamó al voto para los demócratas) o en las juntas corporativas. El partido de las deportaciones masivas, de la separación de los niños migrantes de sus padres y el de los asesinatos de proletarios negros a manos de la policía. El partido del muro de México y de los asesinatos con drones. El partido que, en su historia más reciente, tiene las manos manchadas de sangre con las guerras imperialistas en Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen y Ucrania. Es el partido del sionismo (Soy un sionista. No tienes que ser judío para ser sionista, declaró el propio Joe Biden). Resulta degradante y bochornoso como hay quienes creen que se puede construir un movimiento progresista y de cambio social dentro de uno de los partidos del imperialismo estadounidense» [Leer comunicado completo]
De forma paralela al recrudecimiento de la política de Israel destinada a borrar de la faz de la tierra todo rastro del pueblo palestino, que provocó de manera inmediata el desplazamiento forzoso de 75.000 palestinos a causa de los bombardeos indiscriminados de Israel, Benjamin Netanyahu, Primer Ministro del ente sionista, anunció la formación de un gobierno de concentración nacional y el estado de guerra, lo que no es otra cosa que el aprovechamiento del ataque de Hamás para rodear de un aura de legitimidad el asedio total de sobre Gaza. En las propias palabras de Yoav Galant, Ministro de Defensa de Israel: «He dado una orden. Gaza estará bajo asedio total. Sin electricidad, sin comida, sin combustible. Todo cerrado». Esto ha provocado que más de 2 millones de palestinos se hayan quedado sin los servicios más vitales e imprescindibles, colapsando los hospitales y sumiendo a su población en el caos y desesperación más absoluta. Esto no es una tragedia, es un exterminio que cuenta con el beneplácito de las potencias occidentales, como evidenció recientemente May Golan, Ministra para el Avance de la Condición de la Mujer de Israel, cuando declaró lo siguiente: «algunas almas frágiles y santurronas están explicando que la mayoría de los residentes de Gaza son población civil no implicada, por lo que no debemos hacerles daño. Nada de eso. Tenemos que destruirlos hasta la médula».
Hasta el momento, se ha notificado las muerte de cerca de 1.500 palestinos en Gaza por los continuos bombardeos israelíes de los últimos días, miles de heridos y más de 300.000 personas desplazadas, según el Ministerio de Salud Palestino. A esto hay que añadir que el 95% de la población en la Franja de Gaza no dispone de agua potable, que más del 80% vive en situación de pobreza, que el 63% de los habitantes de Gaza están en inseguridad alimentaria, dependientes de la ayuda humanitaria, y donde casi 600.000 refugiados viven hacinados en ocho campamentos de refugiados. Un auténtico holocausto progresivo y continuado gracias a la pasividad internacional.
El Estado fascista y genocida de Israel, que no es otra cosa que una creación artificial que sirve a los intereses del imperialismo en Oriente Medio, no deja de aglutinar beneficios económicos, militares y propagandísticos como recompensa por los servicios prestados, lo que permite que el sionismo continúe desplegando una violencia sin cuartel contra el pueblo palestino. En medio de toda esta barbarie y exterminio planeado, Alemania, Francia y Reino Unido, fieles al carácter fascista que tiene el modo de producción capitalista en su fase monopolista, han prohibido las manifestaciones en apoyo a Palestina, dispersando a los manifestantes con gas lacrimógeno, cañones de agua y represión por parte de los antidisturbios.
En la tragedia del pueblo palestino se puede observar claramente la hipocresía diaria de los medios de comunicación y de los líderes del imperialismo, el silencio de los oportunistas que pervierten el movimiento obrero, las declaraciones vacías y sin consecuencias reales de los equidistantes organismos internacionales, las promesas de paz incumplidas durante décadas y, especialmente, la impunidad que tiene el ente sionista para seguir perpetuando un genocidio sin consecuencias. Frente a esto, la lucha de clases contra la burguesía y el imperialismo se demuestra como la única salida para todos los pueblos subyugados a causa de un puñado de capitalistas y fascistas que no harán otra cosa salvo negarnos hasta nuestra propia existencia.
¡SOCIALISMO O BARBARIE!
¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO!
Madrid, 13 de octubre de 2023
SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBREROE SPAÑOL (P.C.O.E.)