RTVE sigue siendo púlpito de curas franquistas
¿Quién puede hablar de ‘transición’ entre el franquismo y el régimen actual cuando la televisión del Estado español sirve de púlpito a la Iglesia con sus arengas reaccionarias tal como lo hiciera en tiempos del generalísimo?
Oír y ver programas como “El día del Señor” en la 2 de RTVE nos sirve de recordatorio del régimen en el que vivimos. El ‘avispado’ obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Roig, desde su atril nos dice que la educación debe estar en manos de la familia y que el Estado no debe intervenir en ese asunto. Lo dice hablando y por tanto educando a las familias desde la televisión estatal.
Así se contradicen también los capitalistas cuando piden que el Estado no intervenga en el mercado al mismo tiempo que piden socorro al mismo para que los rescate cuando sobreviene una crisis o piden la intervención de los jueces, el ejército y de la policía cuando la cólera de las masas amenaza con arrasar con sus privilegios.
El obispo Juan Antonio Roig, con la seguridad de estar respaldado por el Estado fascista español, lanza proclamas contra el divorcio, el aborto y la anticoncepción:
– “Desde la primera ley de despenalización del embarazo, más de dos millones de españoles no han llegado a nacer“.
– “la malicia de la anticoncepción, que reduce la unión conyugal a los simples deseos de los cónyuges“.
– “volver a ver la vida como un don de dios“.
Y habla así no porque sea un garbanzo negro, sino más bien lo contrario. Porque cuenta con el consentimiento de la Justicia española también continuadora del franquismo. La Audiencia Provincial consideró en 2014 que el obispo ejercía su derecho a la libertad ideológica, religiosa y de opinión al relacionar la homosexualidad con la prostitución en una homilía de 2012:
“Piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las personas de su mismo sexo y, a veces, para comprobarlo se corrompen y se prostituyen o van a clubs de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno“.
Lo que no precisaba tampoco el obispo es que la mayoría de esos “hombres nocturnos” son miembros de la aristocracia judicial, militar, financiera, empresarial y política. Todos ellos fervientes seguidores de sus mensajes y su religión católica. Todos ellos, por supuesto, cuentan con total impunidad por sus delitos de pederastia.
La clase obrera no podemos esperar nada de un Estado que tolera los despidos, la explotación y la miseria y que protege y tiene en nómina a los ayatolás de la doctrina religiosa al servicio de las élites explotadoras.
La clase obrera necesita levantar su propio Estado, sus propias leyes, su propia justicia y su propio ejército para borrar de raíz todo vestigio de lo viejo, que se revuelve vomitando sapos y culebras cada vez que huele a rebelión.
Por el Frente Único del Pueblo
Por el Socialismo
Comisión de Agitación y Propaganda del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)