Los intereses de los imperialistas, los muertos del pueblo

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El próximo sábado 26 de agosto se celebrará en Barcelona una manifestación de repulsa del atentado del pasado día 17 de agosto  en Barcelona y Cambrils, así como contra el terrorismo, donde los convocantes son tanto la Generalitat de Catalunya  como el Ajuntament de Barcelona.

A dicha manifestación acudirán todos los representantes políticos de la burguesía, desde Ada Colau hasta Rajoy, pasando por Junqueras y Puigdemont. La situación de enorme crisis institucional y política que atraviesa el estado burgués, el “desafío” nacionalista planteado por la burguesía catalana para el próximo 1 de octubre; el incremento del número de huelgas -donde la huelga de los trabajadores de Eulen en el Aeroport del Prat ha puesto nuevamente de manifiesto la esencia reaccionaria del estado español, que ha ilegalizado de facto la acción sindical de la clase obrera- el cada vez mayor cuestionamiento de la justicia burguesa y sus leyes por parte del pueblo, todo esto conforma el escenario en el que se produce este doble atentado criminal  e irracional que ha segado la vida de 15 personas, así como multitud de heridos, precisamente en Cataluña.

Tras este atentado doble, donde nuevamente el pueblo ha pagado con su sangre inocente la situación a la que nos llevan los imperialistas con sus políticas, el Gobierno del estado español, su Jefatura del Estado, el Govern de la Generalitat y l’Ajuntament de Barcelona se han lanzado rápidamente a rentabilizar el dolor del pueblo ante tamaña salvajada y tratar de sacar tajada política de ello. Hemos visto a la Corona fotografiarse con niños víctimas del atentado en los hospitales y a la burguesía –tanto catalana como española– buscando que el pueblo cierre filas en torno a ella y a su estado. Es en este escenario, y bajo esas condiciones, donde se debe circunscribir la manifestación del 26 de agosto, a la que todos los esbirros del capital hacen llamamientos para la participación, con más o menos aspavientos.

El atentado de París de noviembre de 2015 se produjo en un escenario en el que, por un lado, Francia había desplegado una operación militar en Mali para fortalecer su posición en el Sahel, y donde  proliferaban el rechazo a la reforma laboral por parte de la clase trabajadora y las huelgas -los controladores aéreos franceses habían convocado varias de ellas-; el atentado terrorista de Múnich en 2016 se produce en un momento de crisis de la inmigración; el atentado de Barcelona y Cambrils se produce en un momento de crisis política aguda en el estado español, de huelgas, de descrédito del estado ante el pueblo, con la celebración en puertas del referéndum para el 1 de octubre –donde el estado español niega el ejercicio del derecho de autodeterminación a la nación catalana-.

Con perspectiva comprobamos que siempre que los imperialistas se hallan en situaciones de crisis se producen atentados ‘catárticos’ políticamente -reivindicados todos ellos por DAESH-  para que los imperialistas, y sus estados, puedan  encauzar dichas situaciones de crisis dirigiéndolas por el carril de sus intereses, justificando nuevos recortes de libertades. Todo ello en aras de la supuesta seguridad del pueblo y militarizando las calles de tal modo que se desactive la movilización y el rechazo del pueblo a las políticas capitalistas y sus estados así como los procesos huelguísticos.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York –sobre el cual hay multitud de documentos que hablan de un atentado de falsa bandera– fue el punto de ascensión de esta forma de actuar de los imperialistas, que sirvieron para iniciar un periodo histórico donde se  justifican las guerras imperialistas en Afganistán y en Iraq, así como un proceso por el que las ‘libertades’ son recortadas a los pueblos en aras de la amenaza terrorista. Periodo en el que nos encontramos hoy, multiplicado por la crisis económica que ha llevado a los imperialistas a multiplicar sus guerras e intervencionismo militar en Libia, Siria, Ucrania, Yemen, Malí, etcétera.

Esta es la esencia del imperialismo. Es momento de recordar lo que fue la Operación Gladio de la OTAN y el MI6 para mantener a raya a Europa e impedir posibles adhesiones o apoyos a la URSS. Una vez caída la URSS, el imperialismo no se olvida de Gladio y le dota de contenido yihadista y ensancha sus límites con objeto de dominar el mundo, para que los monopolios, a sangre y fuego, saqueen el mundo mediante políticas criminales, mediante guerras, mediante golpes de estado y mediante el terrorismo, enarbolando las banderas del miedo y de la violencia.

Los que reivindican los atentados, DAESH, fueron creados -según cartas de Hillary Clinton sacadas a la luz por Wikileaks- por los EEUU y es financiada por los propios EEUU y sus esbirros: Israel, Qatar y Arabia Saudí. DAESH son los mercenarios empleados por los imperialistas norteamericanos y europeos para desestabilizar el Magreb, Oriente Medio y controlar la península arábiga, de tal modo que los monopolios europeos y norteamericanos puedan saquear los recursos energéticos de dichas zonas. El bloque imperialista norteamericano-europeo, a través de su organización militar terrorista, OTAN, no ha dudado en apoyar al wahabismo y al salafismo para desestabilizar y liquidar a estados que los combatían -y cuyo grado de desarrollo era notable, comparándolos con su entorno- pero que chocaban con los intereses de los monopolios estadounidenses y europeos. A principios del siglo XXI los imperialistas siguen con su estrategia del siglo XX, cuando crearon lo que posteriormente fue Alqaeda a finales de los 70 en Afganistán para combatir a la URSS, y que, más adelante, utilizaron en Somalia o en la antigua Yugoslavia.

El estado español, desde 1989,  ha desplegado a 158 mil militares en las distintas operaciones militares imperialistas dirigidas por la OTAN. El estado español es uno de los mayores vendedores de armas a aquéllos que financian y apoyan a DAESH, donde el Jefe de Estado, como mayor representante del mismo, muestra las estrechas relaciones que mantiene con los estados, como Arabia Saudita, que les hacen el trabajo sucio a los imperialistas ya sean en guerras de rapiña como en Libia, Siria, Yemen o Iraq, ya sean por atentados mastodónticos en Oriente Medio, en  Asia o en atentados como los realizados en Europa.  La burguesía en el siglo XVIII contraponía la razón a la fe, para acabar con el feudalismo, hoy sin embargo fortalece y se  alía con el idealismo filosófico, con la fe irracional wahabita y salafista para que sus monopolios expolien y saqueen a los pueblos, imponiendo su voluntad a sangre y fuego. Por ello, hacemos un llamamiento a los obreros del mundo, y del estado español, a unirnos y organizarnos por el socialismo y contra los imperialistas que son los que anteponen sus negocios, sus intereses, y los que hacen que los pueblos, los trabajadores del mundo, derramemos nuestra sangre inocente por sus intereses bastardos.

Los imperialistas, hoy mal llamados ‘demócratas’, tienen las manos manchadas de sangre inocente. El Partido Comunista Obrero Español, y nuestro partido hermano en Cataluña, el PCOC, denunciamos la convocatoria hipócrita de la manifestación del 26 de agosto de Barcelona, a la cual no asistiremos, así como el trabajo sucio que al imperialismo le hacen los oportunistas como Els Comuns y PODEMOS. Así mismo, el PCOE lamenta la sangre inocente derramada por culpa del imperialismo en Cataluña, al igual que anteriormente ocurrió en  Bruselas, en París, en Madrid, en Beirut, Bagdad o Alepo. El único responsable de todos los crímenes que acontecen hoy en el mundo son los imperialistas, los que defienden las democracias burguesas, que cada día se confunden más con las dictaduras reaccionarias, no habiendo más salida que la unión y la organización de la clase obrera para acabar con el imperialismo y para construir el Socialismo, la única vía posible de paz.

Madrid, 24 de agosto de 2017.

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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