everis y el negocio de la guerra

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La contradicción mundial entre imperialismo y socialismo se ve reflejada cada día en miles de circunstancias que nos afectan a los trabajadores de uno u otro modo. La clase trabajadora, como clase desposeída que está obligada a vender su fuerza de trabajo, se ve abocada a producir lo que los monopolios demandan para fortalecer sus posiciones, para seguir desangrando al mundo en su intento de controlar los recursos del planeta para el lucro de una minoría y a costa de las vidas de millones de personas. Por ejemplo, los trabajadores de Navantia se ven obligados a fabricar buques de guerra para que el ejército de Arabia Saudí masacre a la población de Yemen.

La guerra, además de ser una herramienta del imperialismo para el control de los recursos, es un negocio también para quienes no tienen escrúpulos en lucrarse con la masacre o el genocidio.

El pasado mes de febrero, Mark Lowcock, coordinador de la ONU para asuntos humanitarios, alertaba sobre la situación en Yemen afirmando que “nos quedamos sin tiempo. Las tasas de malnutrición se hallan en registros récord y 400.000 niños padecen malnutrición severa. Se encuentran en sus últimas semanas o meses de vida. En todo Yemen 16 millones de personas pasan hambre, incluidos cinco millones que están a un paso de la hambruna”.

En marzo, eldiario.es publicaba un artículo en el que el Representante de ACNUR en ese país, Jean-Nicolas Beuze, aseguraba que en 23 años de trabajo humanitario, pocas veces he presenciado tanta miseria y desesperación. Y es que ya en 2019 la ONU calculaba en 233.000 las muertes en Yemen, casi la mitad niños menores de 5 años.

La situación en Yemen es de tal magnitud que los propios organismos imperialistas como la ONU se ven forzados a declarar que “el único camino hacia la paz es mediante un alto el fuego inmediato”. Pero mientras esto ocurre, la empresa everis, mediante su división Aeroespacial y Defensa, se dedica a negociar “en secreto en 2017 con el Gobierno de Arabia Saudí la venta de armamento por más de 108 millones de dólares (88,8 millones de euros), según una investigación de varios meses de elDiario.es. El negocio, partido en dos contratos distintos, fue aprobado por el Gobierno de Mariano Rajoy (compañero de Serra en el Consejo de Ministros entre 1996 y 2000) a pesar de que Arabia Saudí ya estaba implicada en la guerra de Yemen y en un momento en que el Parlamento Europeo pedía que no se le vendiera armamento a aquel país ante el riesgo de que fuese utilizado en el conflicto, tal y como acabó ocurriendo”.

Poco tiempo después de la venta de estos morteros y proyectiles a Arabia Saudí, el armamento de everis y su filial ya estaba siendo utilizado en la guerra yemení. Una investigación de eldiario.es junto a Greenpeace, publicada el pasado agosto, encontró y geolocalizó imágenes de la guardia fronteriza saudí disparando proyectiles en un área donde se registran habitualmente ataques del ejército saudí.

El contrato con Riad fue negociado al más alto nivel e incluye todo tipo de cláusulas de confidencialidad. Lo firmaron el ministro de Interior saudí y Leon Bitar, vicepresidente de la sección de Defensa de everis. En el documento, se comprometía ante el ministro del Interior a ofrecerle el precio de los “mejores clientes” por los morteros.

Y como empresas como everis son parte del Estado, éste colabora en todo el proceso cediendo dependencias del Ejército para que consultores de everis puedan entrenar a militares de Arabia Saudí.

No sólo eso, sino que everis también envió personal a la sede del Ministerio del Interior en Riad para completar la formación de los soldados saudíes. Una vez acabada la formación, everis entregaba un diploma a los soldados.

Para entender esta colaboración entre el Estado español y la consultora everis, sólo hay que echar un vistazo al camaleónico currículo de su presidente, Eduardo Serra, que va desde ocupar cargos políticos al más alto nivel en el Ministerio de Defensa en el año 1982 con la UCD, pasando por la etapa socialdemócrata del PSOE como Secretario de Defensa, hasta coronar en el gobierno del PP de Aznar la cartera de Ministro de Defensa, cuando puso en marcha despilfarradores Programas Especiales de Armamento que dejaron un agujero de más de 30.000 millones de euros en las arcas del Estado. Como colofón y premio a los servicios prestados a la industria de la guerra, Serra ostenta también la presidencia de la Asociación Atlántica Española, una entidad surgida para dar cobertura al brazo armado por excelencia del imperialismo, es decir, a la OTAN.

En una entrevista realizada para La Sexta en septiembre de 2012, el propio Serra era preguntado sobre “si vendería armas a un país donde no hay libertad de expresión  o se lapida a una mujer”, a lo que este contestaba que “la política internacional es tan complicada que hay que jugar con una variante y si no te manchas las manos, no harás nada.

Y esa es la realidad; Eduardo Serra, everis y el Estado español tienen manchadas las manos de sangre. Multinacionales sin escrúpulos como everis, Estados serviles a los intereses del gran capital como el español y organismos internacionales como la Unión Europea o la ONU que intentan humanizar un sistema inhumano por naturaleza: así se cierra el macabro círculo del beneficio empresarial costeado con millones y millones de víctimas humanas.

La debacle económica del capitalismo hace que las guerras imperialistas sean cada vez más cruentas. Los Estados capitalistas son responsables de los millones de muertes a través de su ejército internacional, la OTAN, así como las muertes de civiles en masacres y genocidios como los de Yemen a manos de Arabia Saudí, o de Palestina a manos del Estado de Israel.

La paz es hoy en día una quimera en este sistema y si el pueblo quiere conquistarla, tendrá que luchar aquí y ahora por la construcción de un sistema más humano, el socialismo, que resuelva además todas las contradicciones del capitalismo, permitiendo organizar y planificar la producción de bienes materiales y servicios de forma que satisfagan los intereses de la mayoría del pueblo, y no el ansia insaciable de lucro de los monopolios.

 

Célula Jorge Dimitrov del Partido Comunista Obrero Español

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