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El PCOE, en apoyo a la huelga en el transporte público de Madrid

Huelga
 
En una multitudinaria asamblea celebrada el miércoles, los trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid han decidido por mayoría ir a la huelga de 24 horas del 3 de diciembre. Los obreros exigen la defensa de todos los servicios que se prestan como públicos desde la EMT y la conservación de todos los puestos de trabajo. Los trabajadores de Metro de Madrid también han convocado huelga para el mismo día.

La deliberada precarización del transporte público madrileño está provocando una situación de caos y malestar en la clase obrera madrileña –principal usuario del transporte público–, que día a día tiene que soportar largas esperas y retrasos en prácticamente todos los servicios de transporte (metro, autobús, Cercanías…). La incomodidad de encontrar estos servicios tan saturados ha convertido el transporte en un tedioso quehacer diario y que cada vez absorbe un mayor tiempo de nuestras vidas.

Los precios del transporte público madrileño se mantienen o siguen subiendo al tiempo que disminuye la frecuencia de trenes de metro y Cercanías, se reduce el número de autobuses y se cierran líneas enteras en el subterráneo. Mientras decenas de autobuses se quedan en las cocheras sin prestar servicio y cientos de turnos quedan sin cubrir por la falta de personal, las esperas de los usuarios en las paradas son mayores y la calidad del servicio es cada día peor.

La situación se vuelve insostenible para los trabajadores de estos servicios, que cada vez deben aguantar mayor presión y carga de trabajo, con continuos cambios de días libres para cubrir la falta de personal y la pérdida notable de la salud que esto conlleva.

Esta deliberada precarización del transporte público madrileño tiene el objetivo claro de iniciar un largo proceso de privatización, tal y como ha sucedido ya en el sector sanitario o en el educativo. La supresión de los servicios públicos básicos (transporte, educación, sanidad, pensiones…) son ya una necesidad imperiosa para la burguesía de este país, que ha visto cómo el inicio de este proceso ha sido tan lucrativo y beneficioso para sus intereses de clase como devastador para el proletariado.

El negocio de la sanidad privada se disparó tras los recortes en la sanidad pública en 2012, que provocaron el deterioro deliberado de la calidad en el servicio público y han logrado que uno de cada cinco hogares tenga un seguro sanitario, con un gasto medio de 1.186 euros anuales, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Estas pólizas tuvieron un 5,6% de crecimiento en 2018 y una facturación de 8.520 millones de euros.

Los colegios privados y concertados han duplicado sus ingresos en 13 años y han pasado de facturar 6.698 millones de euros en el curso 2004-2005 a 12.475 millones en el 2017-2018. Todo ello mientras la educación pública continúa bajando su calidad, con falta de profesorado ante el cada vez más alto ratio de alumnos por clase. De igual forma, las 50 universidades públicas de España tienen hoy 44.000 alumnos menos que hace diez años, mientras las universidades privadas han visto incrementado el número de estudiantes en 123.000, beneficiados por la reducción del gasto público. España ha pasado de invertir 10.500 millones de euros en Educación Universitaria en 2009 a dedicarle 9.474 millones en 2017.

Ahora le toca el turno al transporte y la burguesía utiliza las estrategias que siempre le han funcionado. Un deterioro considerable del transporte público sin respuesta por parte de la clase trabajadora conllevará a una privatización de líneas de autobús y metro que irá aumentando gradualmente en función de los beneficios que generen para la clase explotadora.

A la orden de la burguesía de privatizar los servicios públicos como el transporte, la educación o la sanidad no hay ninguna respuesta que le haga frente más que la movilización de la clase trabajadora. La réplica de la clase que hace que funcione cada día el transporte en Madrid, pese a la depauperación del servicio y de las condiciones laborales. La contestación de la clase obrera, cuya mayoría necesita el transporte público para ir cada día a su puesto de trabajo. No hay ninguna respuesta que haga frente a la burguesía más que la movilización de la clase que genera toda la riqueza producida en este país.

La socialdemocracia no ha podido solucionar jamás el problema de las privatizaciones ni tiene la capacidad de hacerlo, por su esencia reformista de un sistema capitalista podrido cuya clase dominante, la burguesía, necesita de esas privatizaciones para poder obtener los beneficios en épocas de crisis venideras como lo es esta. Solo la clase trabajadora, unida y organizada en un Frente Único del Pueblo que aúne todas sus luchas en una sola tendrá capacidad de respuesta ante los atropellos de la burguesía. Solo la clase obrera podrá dar forma a la máxima aspiración de los trabajadores: el Socialismo.

 

¡Apoyemos a los compañeros en huelga!
¡Por la defensa del transporte público!
¡Ni una agresión de la burguesía sin respuesta obrera!

Secretaría de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en Madrid