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El “socialismo pragmático” del Gobierno portugués que tanto gusta a la COPE y a la banca

Fascistas

 

Que una radio fascista como la COPE y un banquero elogien al Gobierno socialdemócrata portugués es buen indicativo de que se trata de un Gobierno nocivo y criminal para la clase obrera, plegado a los intereses de la banca y de los monopolios.

Para el portavoz de la oligarquía fascista española Carlos Herrera, las medidas del gobierno luso son “sensatas”. En la misma tónica, el banquero portugués Antonio Ramalho, CEO de Novo Banco, ha afirmado que el “gobierno socialista, con apoyo de la izquierda, ha mantenido totalmente el pragmatismo de las instituciones”.

 

Según el banquero, Portugal vive una “historia fenomenal” protagonizada por un Ejecutivo en el que se encuentran “socialistas pragmáticos”. Asimismo, se ha labrado una “gran unidad entre el presidente de la República de Portugal y el primer ministro”, lo que, según Ramalho, es “más importante para el país que la izquierda o la derecha“.

La “historia fenomenal” que ha vivido el pueblo portugués es en realidad la aplicación de medidas austericidas impuestas por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) y continuadas por el Gobierno “pragmático” del Partido Socialista (PS) de Antonio Costa, en coalición con la supuesta “extrema izquierda” del Partido Comunista de Portugal (PCP), del Partido Ecologista-Verdes (PEV) y del Bloco de Esquerda (BE), homólogos lusos del oportunismo español de Podemos-IU-PCE.

Tal ha sido el entusiasmo que ha suscitado el “milagro” portugués en los monopolios europeos, que el ministro de Finanzas, Mário Centeno, doctor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard y reputado liberal partidario de una gran flexibilidad del mercado laboral, fue elegido presidente del Eurogrupo. El ex ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble lo ha definido como el Ronaldo del Ecofin.

El “milagro portugués”, que según Carlos Herrera ha permitido convertirse en “un foco atractivo para muchos inversores”, está basado en la flexibilización y abaratamiento de la mano de obra y en ventajas para los empresarios y para la oligarquía financiera.

Entre las medidas que Carlos Herrera considera “sensatas” y que han convertido a Portugal en un paraíso fiscal se encuentran:

  • Recorte de la indemnización por despido de 22 a 14 semanas.
  • Congelación del salario mínimo en 565 euros.
  • Bajada del grado de proteccionismo laboral de un 23% desde el estallido de la crisis hasta el año 2013, según los indicadores de la OCDE.
  • Menor aplicación de convenios colectivos; el número de trabajadores con salarios regulados por convenios colectivos ha bajado de 1.800.000 a 200.000 trabajadores.
  • Endurecimiento significativo de los requisitos para cobrar la prestación por desempleo.
  • Introducción de un tipo reducido del 12,5% en el Impuesto de Sociedades para empresas del interior.
  • Incentivos fiscales que benefician a quienes invierten en empresas de nuevo cuño.
  • Creación de un régimen especial donde los residentes no habituales paguen un tipo único del 20 % sobre todos sus ingresos obtenidos en suelo luso, con independencia del monto al que lleguen sus remuneraciones.
  • Exención de tributación de todos los ingresos percibidos del extranjero, de manera que dichas rentas no están sujetas al pago del Impuesto sobre la Renta.

Estas políticas han seducido a multinacionales como Vodafone, MetLife, Hewlett Packard y a empresas estatales como Mapfre, ya sea bajo su propio control o mediante subcontratas como Teleperformance, Sitel o Connecta. Todas ellas cuentan con sede en España pero, sin embargo, prestan cada vez más servicios desde el país luso. Según Financial Times, el gobierno de Costa dijo ser socialista y contrario a la austeridad, pero en la práctica ha actuado de forma muy distinta, logrando el déficit más bajo en 40 años.

Así pues, en Portugal se crea el empleo que se destruye en otros países, sobre todo el de España, pero en condiciones aún peores, con salarios que rondan los 700 euros en sectores como el telemarketing. En Portugal se atrae el capital de otros países a base de hacer más baratos y manejables a los trabajadores locales.

Desde el PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE) recordamos que no existe tercera vía ni término medio entre capitalismo y socialismo. Mientras no se cuestione el sistema, todo Gobierno de derechas y de “izquierdas” está obligado a seguir el “pragmatismo de las instituciones”, la “sensatez” de los banqueros y de los inversores carroñeros, la “historia fenomenal” del saqueo y la sobreexplotacion a la que nos aboca la lucha eterna por el mercado a nivel mundial.

La clase obrera portuguesa y española tienen el interés común de despojarse de la burguesía, clase parasitaria capitalista, y de imponer la dictadura del proletariado y el socialismo. Solo así podrá emanciparse y conquistar la plenitud de sus derechos.

 

¡Abajo la burguesía y sus lacayos oportunistas!

¡Por el socialismo!

¡Sin Partido no hay revolución!

 

Secretaría de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)