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Una nueva reforma laboral al gusto de la patronal. Así actúa y engaña el oportunismo

No por estar ya acostumbrados a los engaños del oportunismo, a sus grandilocuentes discursos que nunca se ven refrendados con actos, a sus traiciones y su entrega absoluta a los monopolios y los poderes económicos, podemos dejar de sorprendernos cuando vuelven a incidir en las mismas mentiras y manipulaciones, en intentar vender los retrocesos y las concesiones a la patronal como un gran avance en derechos para los trabajadores.

Sólo el aval y las alabanzas de la patronal a esta nueva reforma laboral son ya un gran indicativo de cuál es el sentido de la misma, que no es otro que el de reafirmar las políticas implementadas previamente por PSOE y PP en las dos anteriores reformas laborales, esas que Unidas Podemos iba a derogar. Para Antonio Garamendi, la patronal está “razonablemente satisfecha” con esta reforma que consolida “la seguridad jurídica que nosotros queríamos”. Dicho de otra forma, las empresas mantendrán el poder para poder seguir gestionando a sus trabajadores con la libertad que tenían sin que los cambios cosméticos introducidos vayan a suponer ninguna pega para su “seguridad jurídica”, habiendo alcanzado un acuerdo que “da una estabilidad que España necesitaba desde hace tiempo”.

Este párrafo extraído del comunicado conjunto de las patronales CEOE y Cepyme resume a la perfección la esencia de esta reforma laboral:

“Para CEOE y Cepyme, el acuerdo consolida el modelo laboral actual, que ha permitido incrementar la productividad de las empresas, asegurar su competitividad y contribuir al crecimiento del empleo. En concreto, el acuerdo mantiene intactos los mecanismos de flexibilidad interna que garantizan la adaptabilidad de las empresas a las circunstancias, asegura la libertad de empresa y la seguridad jurídica y contribuye a la Paz Social”.

Según reconocen las propias patronales, este acuerdo consolida el modelo laboral actual, el que está sustentado en las reformas laborales de PSOE y PP, el que ha convertido a España en líder en trabajo precario.

Si en 2010 y en 2012 los gobiernos de PSOE y PP respectivamente aplicaron sendas reformas laborales que reducían los ya escasos derechos de los trabajadores bajo el capitalismo, bien por vía parlamentaria, bien por vía de Consejo de Ministros, ahora en 2021, el gobierno más progresista de la historia necesita el aval de la patronal para poder aprobar una supuesta contrarreforma laboral, que no es más que maquillaje para consolidar las políticas de Rajoy, tal y como ya había refrendado antes el gobierno de coalición al hacer suyos los presupuestos del PP.

Mientras la derecha más reaccionaria no duda en aplicar abiertamente las medidas que la patronal y los monopolios demandan para poder explotar cada vez más a los trabajadores, la pata izquierda del sistema defiende su postura en la necesidad de alcanzar acuerdos, acuerdos en los que los intereses de los trabajadores no están representados, puesto que tanto el gobierno de coalición como los sindicatos del sistema CCOO y UGT defienden claramente los intereses de la patronal. Este teatrillo en el que unos aplican las medidas abiertamente y otros fingen llegar a acuerdos mantiene entretenido al pueblo en debates sobre un supuesto eje izquierda-derecha, sin llegar a ver que los intereses de la clase trabajadora no están representados en el parlamento, dando como resultado una situación de cada vez mayor empobrecimiento del pueblo trabajador.

Uno de los principales puntos acordados en esta reforma de los que el gobierno se vanagloria es la reducción de la temporalidad. ¿Es cierto que esta nueva reforma laboral va a reducir la temporalidad? En primer lugar, la precariedad en el mercado de trabajo actual no es fruto única y exclusivamente de los tipos de contrato, sino de otras cuestiones como el coste de la indemnización por despido o los periodos de prueba de los contratos, que facilitan enormemente a las empresas deshacerse de trabajadores. El impacto que las modificaciones en los tipos de contrato pueda tener a futuro lo iremos viendo con el transcurrir del tiempo, pero analizando el mercado laboral actual y el grado de descomposición del capitalismo, es de necios pensar que los matices introducidos en esta reforma laboral van a reducir la temporalidad y la precariedad.

En esta reforma se reducen a dos las modalidades de contratación temporal: “el contrato de trabajo de duración determinada solo podrá celebrarse por circunstancias de la producción o por sustitución de persona trabajadora”, eliminando el contrato por obra y servicio regulado en el punto 1.a del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores. Ese contrato de duración determinada por circunstancias de la producción podrá realizarse cuando la empresa registre “un incremento ocasional e imprevisible y las oscilaciones que, aun tratándose de actividad normal de la empresa, generan un desajuste temporal entre el empleo estable disponible y el que se requiere” incluyendo las situaciones “derivadas de las vacaciones anuales”, una concesión a la patronal que no existía en el inicio de la negociación. Las empresas solo podrían utilizar este contrato un máximo de “noventa días en el año natural, independientemente de las personas trabajadoras que sean necesarias para atender en cada uno de dichos días las concretas situaciones, que deberán estar debidamente identificadas en el contrato”.

Esta modalidad contractual ya está actualmente regulada y tiene una duración máxima de 6 meses, ampliable mediante convenio colectivo, que es la puerta abierta que los gobiernos de turno dejan siempre para que CCOO y UGT puedan pactar condiciones inferiores que beneficien a la patronal. ¿Cómo actúan las empresas en la práctica para alargar las contrataciones temporales? Una práctica muy común, que cualquiera que conozca cómo funciona el mercado laboral de verdad –algo que los oportunistas del gobierno y de los sindicatos amarillos del sistema suelen desconocer ya que viven de las prebendas del propio sistema– ha podido corroborar en carne propia o en la de algún conocido, es la de despedir a quienes terminan el periodo de su contrato temporal para, después de los plazos legales oportunos, volverlo a contratar. Esta práctica es tan común que se ha instaurado como norma incluso en empresas municipales públicas que usan bolsas de trabajadores que sufren esta temporalidad y precariedad financiada con dinero público. Las limitaciones implantadas en la reforma laboral tan sólo alterarán cómo las empresas gestionan los contratos temporales y los plazos para despedir a trabajadores para no hacerlos indefinidos. Esto sumado al desarrollo de la automatización, que hará que el ejército industrial de reserva crezca desmesuradamente, hará que la rotación en los puestos de trabajo crezca, lo cual encaja perfectamente con las limitaciones acordadas.

Según un informe elaborado por el Gabinete Económico Confederal de CCOO, en España hay aproximadamente 4,4 millones de asalariados temporales que suman más de 20,3 millones de contratos al año, lo que da una duración media de los contratos temporales de menos de 80 días, por lo que gran parte de esos contratos no se verán afectados por la limitación de 90 días de la nueva reforma.

Pero más allá de la normativa acordada, la realidad es que las empresas se saltan las leyes de forma sistemática, tal como lo demuestran los 174.000 contratos temporales fraudulentos detectados por la Inspección de Trabajo (IT) durante el mes de septiembre. ¿Será por tanto la actuación de IT la que obligue a las empresas a reducir esta temporalidad? Pues es evidente que la falta de recursos de este organismo, lo que ha llevado a los inspectores a amenazar al gobierno con una huelga si no refuerza el organismo antes del 31 de marzo, así como la connivencia de éste con las propias empresas, actuando al servicio de las mismas en muchas ocasiones, hacen que las promesas de reducir la temporalidad se conviertan en una nueva campaña de propaganda del gobierno. De hecho, no sólo no se va a reforzar a IT con más inspectores, sino que se va a comenzar a automatizar el trabajo de estos, dejando en manos de algoritmos e inteligencia artificial sus tareas.

Los propios abogados laboralistas coinciden en los nulos efectos que esta reforma laboral tendrá en la práctica para la realidad de los trabajadores. Fabián Valero, socio director de Zeres Abogados y especialista en derecho laboral, define la reforma pactada como “un lifting sin cirugía”, “retoques” que no van a reducir de forma significativa la temporalidad si no se refuerzan los elementos sancionadores y la actuación inspectora. Para Ana Ercoreca, presidenta del sindicato de inspectores, “la reforma laboral no va a acabar con la temporalidad, porque ésta no se va a reducir si no se refuerza la Inspección. Si no nos dotan de medios y efectivos, la ley será papel mojado”. Javier Reyes, abogado del área laboral de Ceca Magán, comenta que “esta reforma del sistema de contratación temporal, por sí sola, no reduce la precarización del mercado de trabajo […] No podríamos decir que la reforma suponga una derogación o una contrarreforma de la reforma laboral del año 2012 […] se deja, por tanto, intacta toda la reforma que el Partido Popular llevó a cabo sobre el coste del despido y las medidas de flexibilidad”. Martín Godino, socio de Sagardoy Abogados, considera que “La reforma del año 2012 no tocó la contratación, que es ahora la parte esencial de la reforma […] no se tocan ninguno de los mecanismos de flexibilidad interna, como la modificación de las condiciones de trabajo, la movilidad geográfica o la inaplicación del convenio colectivo, y tampoco de flexibilidad externa (el despido individual y colectivo se quedan como están, que fueron los aspectos más importantes de la reforma del 2012)”.

Otro de los mecanismos usados por las empresas que incrementan la precariedad y la temporalidad son los contratos temporales en prácticas, aspecto que no se ha modificado en la nueva reforma laboral. Este mecanismo permite contratar a trabajadores de manera temporal durante 2 años, pagando durante el primer año un 60% y el segundo un 75% del salario fijado en convenio para un trabajador que desempeñe el mismo o equivalente puesto de trabajo.

Los aspectos más lesivos de las reformas laborales anteriores por supuesto no se han modificado un ápice, como las indemnizaciones por despido y los salarios de tramitación. La indemnización por despido improcedente, que hasta 2012 era de 45 días por año trabajado con un límite de 42 mensualidades, y que incluía el pago de los salarios de tramitación, se mantiene en los 33 días por año trabajado, con un límite de 24 mensualidades y sin salarios de tramitación. Este aspecto tiene mucho más impacto en la temporalidad y la precariedad, pues permite a las empresas despedir a costes irrisorios sin necesidad de realizar contratos temporales.

Tampoco se eliminan las facilidades para el despido colectivo e individual objetivo por causas económicas, técnicas, organizativas y de la producción que se introdujeron con la reforma laboral del PP. Antes de la citada reforma, los Expedientes de Regulación de Empleo necesitaban ser autorizados por la administración que debía evaluar si realmente se daban las causas alegadas. Tras esa reforma, si no existe acuerdo entre los representantes de los trabajadores y la empresa –algo que CCOO y UGT ya se están encargando de que nunca ocurra-, ésta podía imponer directamente el despido dejando tan sólo la vía de la demanda judicial. Igualmente, se dejan intactos los despidos individuales objetivos que reciben tan sólo 20 días por año trabajado de indemnización con un límite de 12 mensualidades. Parece que para el gobierno estas medidas no son las más lesivas de las reformas laborales anteriores.

Sobre la subcontratación, la supuesta mejora anunciada a bombo y platillo por CCOO y UGT que obliga a las empresas a aplicar el convenio del sector en el que se realice la actividad de los trabajadores subcontratados, deja una nueva excepción para el caso de que la empresa subcontratada tenga un convenio propio, en cuyo caso prevalece este último. Esto abre la puerta a que CCOO y UGT negocien convenios a la baja en todas las empresas subcontratadas, algo que llevan años haciendo, como en los convenios del sector del metal de Cádiz o el de la limpieza de Castellón, donde se firman retrocesos en contra de la voluntad de los trabajadores.

La medida estrella del gobierno en esta reforma es el “Mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo”, que no es más que convertir los ERTEs en parte de la gestión de recursos humanos de las empresas para que estas puedan usar dinero público para ajustar las jornadas de trabajo mientras el Estado paga los salarios y permite exenciones de cotizaciones a la Seguridad Social de hasta un 90%. Una transferencia de dinero público a manos privadas que es la tónica habitual en esta fase monopolista del capitalismo y que se ve reforzada gracias al trabajo que el oportunismo está realizando para la patronal.

Pero por encima de cualquier análisis que se pueda hacer del texto de la reforma, la realidad es que las condiciones de la clase trabajadora y el mercado laboral están totalmente condicionadas por el control de la economía que tienen los monopolios, que hacen que el capitalismo sea totalmente irreformable. El gobierno de coalición está aplicando las mismas medidas que aplican en Europa partidos conservadores, porque son las medidas que los monopolios dictan.

La realidad es que toda esta propaganda de los medios afines al gobierno no hace más que intentar tapar la nefasta gestión que en todos los ámbitos se está llevando a cabo. Mientras se sigue desmantelando la sanidad pública, el Consejo de Ministros aprobó el 21 de diciembre aumentar el presupuesto de Defensa en 1892,80 millones de euros, que se suman a los 2504,72 millones extra aprobados unos días antes. Mientras el precio de la electricidad alcanza un nuevo récord histórico cada pocos días, el Ministerio de Consumo del ‘comunista’ Alberto Garzón deja sin respuesta 9 de cada 10 denuncias presentadas por Facua por fraude de bancos, aseguradoras o eléctricas, en una nueva demostración de que todas las medidas de este gobierno son una gran campaña de propaganda.

De esta forma, el gobierno más progresista de la historia, junto con sus sindicatos cómplices CCOO y UGT, se suma a los infames gobiernos de PSOE y PP que agudizaron la precariedad de los trabajadores con una nueva reforma laboral al gusto de la patronal, un nuevo paso para incrementar la explotación de los trabajadores, pero esta vez vendiéndolo como un supuesto avance “histórico”, mostrando un nivel de sinvergonzonería que compite con el de Aznar y su famoso “España va bien”. Quienes venían a cambiar la política han apuntalado este sistema, reforzando a un Estado fascista como el español, que niega los derechos democráticos más básicos, encarcelando a raperos por señalar la corrupción o a quienes pretenden ejercer el derecho de autodeterminación, dejando morir en la cárcel a comunistas, manteniendo a un rey emérito corrupto con dinero público, incrementando el gasto en armamento tal y como demanda la OTAN y un sinfín de tropelías dignas de auténticos sátrapas.

El pueblo trabajador seguirá empobreciéndose cada día que pase con estos oportunistas en el poder, cada día que no se organice para derrocar este sistema criminal, aunando todas las luchas de la clase trabajadora en una única lucha de clases para acabar con el capitalismo e implantar el socialismo. Sólo cumpliendo así su misión histórica, la clase obrera logrará construir una sociedad más justa y en el que quienes lo producimos todo tengamos un futuro.

 

Secretaría de Agitación y Propaganda del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)




Concentración en el Cerro Amate, nuevo caso de represión contra la clase trabajadora

El pasado lunes 13 de diciembre tuvo lugar en el Cerro Amate, barrio obrero de Sevilla, una concentración a las puertas del centro de salud, en la cual se protestaba por las pésimas condiciones en las que se encuentra la sanidad pública, sin haberse sustituido los tres pediatras del centro que estaban de baja y mandando a los vecinos del barrio a otro centro de salud.

En dicha concentración, a la cual acudieron un centenar de personas, la policía volvió a mostrar una vez más su carácter represor y reaccionario, mandando a más de 30 policías, los cuales volvieron a abusar de su poder contra los manifestantes, llegándose a reducir y a detener a un hombre.

Esta represión, junto a las 6 detenciones de manifestantes en la huelga del metal de Cádiz o la represión sufrida por el pueblo de Linares en febrero de este año, son solo un ejemplo del papel que cumplen los cuerpos policiales en los estados capitalistas, el cual no es otro que reprimir a la clase trabajadora día tras día. Sin olvidar que todo esto está ocurriendo con el “gobierno más progresista de la historia” al mando, mostrando una vez más que da igual el gobierno de turno que se encuentre en el poder, ya sea un gobierno del PP, de VOX o del PSOE y Unidas Podemos, que su objetivo será siempre el mismo: mantener el sistema capitalista y la explotación de la clase trabajadora.

Desde el PCOE condenamos la represión sufrida por la clase trabajadora del barrio obrero de Amate. La solución no pasa por depurar los cuerpos policiales, la única solución para la clase trabajadora pasa por construir sus propios órganos de poder y acabar con este sistema criminal. Por ello llamamos a la clase trabajadora de Amate y de todo el país a que se organice en torno a un Frente Único del Pueblo, en el cual se unan todas las luchas de la clase trabajadora en torno a la única lucha que existe: la lucha de clases y la lucha contra el capitalismo.

 

¡Por la abolición de las Fuerzas de Seguridad del Estado!

¡Por la unidad de la clase trabajadora contra el capitalismo!

Comité Provincial del PCOE en Sevilla




Los datos del paro: un nuevo engaño del oportunismo

El 27 de julio de 2017, Podemos emitía un comunicado en el que criticaba que el crecimiento anunciado por el gobierno del partido popular  se basaba “en puestos de trabajo precarios y de bajos salarios”, destacando las “altísimas tasas de paro juvenil” y acusando al gobierno de la “cronificación de la precariedad”.

El 3 de enero de 2018, Nacho Molina, secretario de Organización de Podemos Andalucía denunciaba que el empleo creado en 2017 en la comunidad era en su mayoría “precario, tercermundista, cuando no es empleo esclavo”, indicando que quedaban “aún 825.000″ personas sin trabajo en la comunidad.

El 29 de junio de 2021, la ministra Yolanda Díaz presumía de la creación de un millón de empleos entre enero y mayo, indicando que se había vuelto a cifras pre covid, unas cifras que no son para presumir si tenemos en cuenta que estamos hablando de unos datos oficiales de casi 4 millones de parados, datos totalmente engañosos que excluyen a quien trabaje un día durante un mes, o realice una formación proporcionada por el Servicio Público de Empleo Estatal.

El pasado 2 de diciembre de 2021 el gobierno más progresista de la historia se vanagloriaba de un “doble récord de caída del paro”, que bajaba en noviembre en 74.381 personas, ampliando a nueve meses el periodo acumulado de descensos, algo que los medios más afines al gobierno de coalición se encargaban de recalcar también.

Estos 4 hechos reflejan claramente la desfachatez con la que el oportunismo se maneja, bien estando en la oposición, bien estando en el gobierno, usando un discurso en un caso y el contrario en el otro. Aquí podemos ver como la “nueva política” usa exactamente las mismas estrategias que la vieja; quienes venían a regenerar la política son hoy en día una versión sofisticada del engaño que la socialdemocracia lleva décadas siendo.

Los datos del paro son usados siempre torticeramente por el gobierno de turno para mostrar la realidad que les interesa, ocultando la cara más cruda de unos números que no reflejan la precariedad en la que está instalada la clase trabajadora. Usar el número de ocupados o de parados como signo de mejoría de la economía es una argucia digna de los mejores vendehumos.

Para desmontar la falacia de que disminuir el número de parados implica una mejora para la clase trabajadora, basta hacer un pequeño ejercicio mental. Supongamos que una empresa tiene 1.000 trabajadores contratados a tiempo completo a los que paga un salario de 3.000 euros al mes. Teniendo en cuenta el enorme número de parados y la especialización cada vez mayor del ejército industrial de reserva, la empresa podría despedir a esos 1.000 trabajadores y contratar a otros 3.000 a tiempo parcial (trabajando media jornada) y pagando a cada uno de ellos 500 euros al mes. Si analizamos la situación, la empresa habrá reducido a la mitad la masa salarial, aumentando además un 50% el tiempo de trabajo total, por lo que la explotación habrá aumentado un 66%. Sin embargo, los datos del paro indicarían que se ha reducido el mismo en 2.000 trabajadores, cuando lo que ha ocurrido es que 1.000 trabajadores se han ido al paro a cambio de crear 3.000 puestos de trabajo precario.

¿Qué tipo de trabajo se está creando para que este gobierno pueda presumir y hacer su campaña de propaganda en los medios? Haciendo una comparación de lo que en el pasado denunciaba Podemos Andalucía, cuando indicaba que en 2018 había 825.000 personas sin trabajo en la comunidad, según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2021, el paro en Andalucía se sitúa en 909.000 personas.

El 5 de diciembre, el periódico La Vanguardia publicaba una noticia en la que analizaba los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) en el tercer trimestre del 2021. En dichos datos podemos ver cómo en España, un millón de familias llevan 12 años con todos sus miembros en paro, siendo el número actual de 1.122.100.

El 16 de agosto, el diario Público publicaba una noticia analizando la precariedad laboral del empleo que se ha generado en los últimos meses. Según los datos de la EPA, en más del 40% de los puestos de trabajo creados hay trabajadores subempleados o sobrecualificados, algo más de un tercio de ellos titulados universitarios y un volumen ligeramente superior con educación secundaria. El sector servicios, un sector precario por excelencia, acapara casi el 80% de las nuevas ocupaciones y la industria apenas genera uno de cada cincuenta. Las contrataciones temporales duplican a las indefinidas y más de tres cuartas partes de quienes consiguen un puesto de trabajo a tiempo parcial lo hacen resignados ante la imposibilidad de hallar trabajos de 40 horas semanales. Algo más de 3,2 millones de trabajadores lleva menos de un año  en su actual empleo y algo más de otro millón y medio no ha cumplido el segundo. Vicente Lafuente, profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad de Zaragoza, indicaba en la misma noticia que “el 90% de los contratos que se firman en España son temporales”. El paro y especialmente el de larga duración se está cronificando en algunas capas y creciendo con un inquietante ritmo.

El 31 de octubre, Diario 16 analizaba los datos de la EPA del tercer trimestre de 2021 en una noticia titulada “España, campeón de Europa del trabajo precario”. En dicha noticia se indicaba que “el número de asalariados con contrato temporal se ha incrementado un 6.38%, de forma que la tasa de temporalidad asciende al 26,02%” […] “la parcialidad durante este trimestre se sitúa en un 13,46%” […] “hasta 1,638 millones de personas llevan más de un año en situación de desempleo y 940 mil llevan más de dos”.

Y mientras la clase obrera sufre cada día mayores niveles de precariedad, la ínclita Ministra de trabajo se dedica a charlar sobre la reforma laboral con el Papa Francisco, en un nuevo episodio de la tremenda campaña de publicidad que el sistema está llevando a cabo para crear un nuevo mito de la ‘izquierda’.

Para rematar, vemos como Eduardo Garzón, hermano del Ministro de consumo Alberto Garzón y gran oportunista donde los haya, nos dice que la mayoría de los españoles no tenemos problemas económicos, que si pensamos que sí es porque los medios de derechas nos manipulan para desgastar al gobierno de ‘izquierdas’. Nos mean y dicen que llueve.

Tal es el nivel de desvergüenza que está alcanzando el oportunismo. Según estos impresentables, no es que la economía de la clase trabajadora sea precaria, ni que millones de españoles no puedan acceder a un puesto de trabajo o que más de un millón de hogares tengan a todos sus miembros en el paro. La culpa es de los medios de derecha que nos engañan para que creamos que las cosas van mal cuando en realidad, parafraseando al fascista Aznar, España va bien.

La quiebra absoluta del capitalismo hace que las mentiras del oportunismo tengan cada vez las patas más cortas. La situación actual ya no deja ningún margen a nada que no sea el derrocamiento revolucionario del capitalismo y la construcción del socialismo.

 

Secretaría de Agitación y Propaganda del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)




Detenciones arbitrarias en Cádiz: la naturaleza fascista del Estado español se muestra de nuevo

En la mañana de hoy 16 de diciembre la Policía Nacional irrumpía en barrios obreros de Cádiz realizando detenciones arbitrarias a trabajadores a raíz de las manifestaciones del sector del metal de los últimos días, confesando la policía a alguno de los detenidos que dichas detenciones tienen la intención de frenar cualquier nuevo movimiento por parte de la clase trabajadora que pudiera cuestionar el sistema.

Tal y como ocurriera en Catalunya, cualquier actuación por parte de la clase obrera que cuestione lo más mínimo la esencia reaccionaria del Estado español es cortada de raíz mediante la represión máxima, mostrándose una vez más la esencia fascista de este Estado. Una esencia fascista que también pudo comprobar el pueblo de Linares allá por febrero, y que se ha visto reflejada anteriormente a lo largo de la sacrosanta ‘democracia’.

 

Debemos recordar una vez más que este Estado fascista reprime al pueblo trabajador con el gobierno más progresista de la historia al frente, formado por el socialfascismo del PSOE y el oportunismo de Unidas Podemos, que no dudan en defender las actuaciones de las fuerzas de represión o de reprimir al movimiento antifascista cuando este osa cuestionarles su labor en el gobierno.

 

Desde el Partido Comunista Obrero Español exigimos la inmediata puesta en libertad de todos aquellos trabajadores detenidos de forma arbitraria en una caza de brujas que busca amedrentar al pueblo de Cádiz y al del resto del Estado español ante cualquier posible levantamiento que ose poner en jaque al sistema.

Igualmente hacemos un llamamiento a la clase trabajadora de todo el Estado a unificar todas las luchas en una única lucha de clases contra este Estado fascista que no duda en reprimir de la forma más dura al pueblo trabajador cuando éste se levanta contra las injusticias que un Capitalismo agonizante no puede ocultar por más tiempo.

 

 

Madrid, 16 de diciembre de 2021

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




En apoyo a la Marxa de Torxes de Barcelona por la libertad de los presos políticos [ESP/CAT]

La existencia de presos políticos es una pieza clave dentro del Estado español regido por los monopolios y su sistema capitalista putrefacto en su fase imperialista y en bancarrota total que solo puede apostarlo todo ya al fascismo y a la reacción más encarnizada.

Así pues, desde el Partit Comunista Obrer de Catalunya (P.C.O.C.) damos nuestro entero apoyo a la Marxa de Torxes por la libertad de los presos políticos que tendrá lugar el sábado 18 a las 19:00 horas en la plaza Universidad de Barcelona. También animamos a todas aquellas organizaciones o personas individuales que se reclamen comunistas a ser consecuentes y participar en el evento.

Nos adscribimos a las demandas del Moviment ProAministía por la amnistía total y el retorno de los exiliados, por la disolución del Tribunal de Orden Público Franquista actualmente conocido como Audiencia Nacional y el cierre de todos los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE). Por el sobreseimiento y anulación de todos los procesos judiciales abiertos por causas políticas y sociales y devolución de las sanciones administrativas. Por la erradicación de las torturas y el aislamiento a los detenidos y a la pena de muerte encubierta a los presos comunistas. Por el derecho a la autodeterminación.

Por la urgente necesidad de poner fin al capitalismo monopolista de estado y al fascismo. Por la inmediata construcción del socialismo.

 

¡Amnistía Total!

¡Libertad Presos políticos!

¡Socialismo o Barbarie!

15/12/2021

Comitè Nacional del Partit Comunista Obrer de Catalunya (P.C.O.C.)

En suport a la Marxa de Torxes de Barcelona per la llibertat dels presos polítics

 

L’existència de presos polítics és una peça clau dins de l’Estat espanyol regit pels monopolis i el seu sistema capitalista putrefacte en la seva fase imperialista i en fallida total que només pot apostar-ho tot ja al feixisme i a la reacció més acarnissada.

Així doncs, des del Partit Comunista Obrer de Catalunya (P.C.O.C.) donem el nostre sencer suport a la Marxa de Torxes per la llibertat dels presos polítics que tindrà lloc el dissabte 18 a les 19.00 hores a la plaça Universitat de Barcelona. També animem a totes aquelles organitzacions o persones individuals que es reclamin comunistes a ser conseqüents i participar en l’esdeveniment.

Ens adscrivim a les demandes del Moviment ProAministía per l’amnistia total i el retorn dels exiliats, per la dissolució del Tribunal de Orden Público Franquista actualment conegut com Audiencia Nacional i el tancament de tots els Centres d’Internament d’Estrangers (CIE). Pel sobreseïment i anul·lació de tots els processos judicials oberts per causes polítiques i socials i devolució de les sancions administratives. Per l’erradicació de les tortures i l’aïllament als detinguts i a la pena de mort encoberta als presos comunistes. Pel dret a l’autodeterminació.

Per la urgent necessitat de posar fi al capitalisme monopolista d’estat i al feixisme. Per la immediata construcció del socialisme.

 

Amnistia Total!

Llibertat Presos polítics!

Socialisme o Barbàrie!

15/12/2021

Comitè Nacional del Partit Comunista Obrer de Catalunya (P.C.O.C.)




La Comunidad de Madrid, paraíso fiscal dentro de España

La política fiscal de la Comunidad de Madrid tiende, desde hace años, hacia una libertad fiscal total, a un nivel tan alto que casi podemos considerar a la Comunidad de Madrid como un paraíso fiscal dentro de España. Desde que el PP gobierna la Comunidad se han producido 67 rebajas fiscales que han provocado una liberalización fiscal de la Comunidad que ha atraído a los mayores ladrones del mundo y de España a la Comunidad.

Si las grandes fortunas –logradas robando a la clase obrera de todo el mundo– ven en Madrid una oportunidad es debido a que todas y cada una de estas rebajas fiscales han beneficiado de forma mayoritaria a los grandes ricos de la Comunidad. Sin ir más lejos, la presidenta Isabel Díaz Ayuso ha planteado una nueva rebaja fiscal de medio punto del IRPF, una rebaja que en cifras implica que una persona que ingrese 35.000 euros al año estaría dejando de pagar 126 euros en este impuesto.

Esta última rebaja fiscal ejemplifica perfectamente el camino que sigue la Comunidad para convertirse en un paraíso fiscal donde solo las grandes riquezas salen beneficiadas. Como se puede observar, esta rebaja fiscal no es progresiva, sino que afecta en porcentaje a todo el mundo por igual. Esto quiere decir que una persona que ingrese 17.000€ al año estaría dejando de pagar 61,2€ de IRPF anualmente mientras que una persona que ingrese 500.000€ estaría dejando de pagar 1.800€. Así mismo, una gran fortuna que ingrese 1.000.000 € al año se estaría ahorrando 3.600 €.

Mientras tanto, la salud, la educación, el alquiler, la luz, el gas… prácticamente todos los bienes de primera necesidad suben de precio de forma continuada, haciendo que esa rebaja de muy poco dinero a los trabajadores se diluya. A su vez, las grandes fortunas ahorran millones de euros en impuestos, debilitando al Estado que ya no puede dar estos servicios básicos que se privatizan, arruinando a millones de trabajadores.

La política fiscal implantada por Ayuso no es más que un reflejo de su legislatura, una legislatura marcada por tratar de sepultar todo aquel servicio o bien público que no suponga ingresos en las arcas de la burguesía. En 2019 ya indicábamos desde el PCOE como la Comunidad de Madrid estaba virando hacia ser una región sin ley para la burguesía, con una desigualdad exuberante entre las personas que menos ingresan y las que más y en la que poco a poco se va expulsando a los pobres.

Actualmente podemos decir que esto es una realidad, la Comunidad de Madrid cada vez es menos accesible para los que menos ingresan: un precio de alquiler de vivienda absolutamente desorbitado que cada vez se amplía hacia más zonas de la Comunidad, siendo prácticamente imposible acceder a una vivienda en la ciudad de Madrid y en un radio de 30 kilómetros alrededor sin destinar más de la mitad del salario al alquiler; un transporte público absolutamente insuficiente para las necesidades de la Comunidad; unas ofertas de ocio inasequibles para muchísimas personas; y un largo etcétera cada vez más extenso al que se suman todas las problemáticas que surgen a nivel nacional como el precio del carburante, el desempleo, el trabajo precario…

La situación es crítica y no es nada esperanzadora para la clase obrera madrileña. Si esto continúa así, la Comunidad de Madrid se convertirá en una región en donde solo existan grandes viviendas para la burguesía y polígonos industriales para trabajadores que tendrán que irse a vivir a las ciudades dormitorio que rodean la Comunidad, sin olvidar, por supuesto, reservar viviendas para cuando vengan los turistas. La burguesía nos está echando de nuestra propia región, la está convirtiendo en su propio parque de disfrute en el cual no cabe el proletariado.

Desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE), hacemos un llamamiento a todos los trabajadores a organizarse para conquistar el poder político y hacerse con el control total de la producción para ser dueños de la riqueza que nosotros generamos. Animamos a la clase obrera de todos los rincones del Estado español y a las distintas capas populares como los estudiantes, los jubilados o los autónomos a que se unan en torno al Frente Único del Pueblo (FUP), con el objetivo de acabar con la explotación en la que nos sumen los ladrones capitalistas que nos gobiernan y que nos arrebatan el capital que producimos con nuestro esfuerzo. Debemos recuperar la riqueza que generamos y que se concentra en unas pocas manos, para ponerla en manos de nuestra clase, el proletariado, al servicio de la mayoría del pueblo.

Solamente podremos tener una vida digna y de pleno derecho si nos adueñamos de lo que nos corresponde como fruto de nuestro trabajo, avanzando decididos hacia la toma revolucionaria del poder, hacia la destrucción del capitalismo y hacia la fundación del único sistema posible que garantice el bienestar de la clase trabajadora: el Socialismo.

 

¡Trabajador, organízate en el PCOE!

¡Sin partido no hay revolución!

¡Por el Socialismo!

Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en Madrid




Oportunistas, obtusos y ciegos: La revolución ya está en marcha, aunque no lo vean

En el “Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política”, a principios de 1859, Marx hace una síntesis magistral de sus indagaciones, de la relación entre el Estado y la Economía o cómo la “sociedad civil” no es un reflejo del espíritu humano sino de la base o estructura económica. Dicha síntesis, leída 162 años después demuestra no sólo la certeza de la ciencia de Marx, sino que, sin duda, nos encontramos ante la mente más preclara que haya parido el ser humano. Señala Marx:

en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan, o por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización.” [1]

Este extracto condensa de manera sintética la esencia del materialismo histórico, de tal modo que concibe a la historia como un proceso regular y continuo donde las formaciones socioeconómicas se suceden por el desarrollo de la base económica, mostrando con precisión cuales son los puntos de “ebullición” o revolucionarios que se producen en la base y que hacen que se produzcan los cambios en las formaciones socioeconómicas concibiéndose la sociedad como un ser en permanente evolución o desarrollo.

Partiendo de la ciencia del marxismo-leninismo, y de este extracto que condensa enciclopedias de teoría y que es una lección de práctica magistral sintetizada por Marx, debemos analizar, con motivo del día en el que se conmemora el 43º aniversario de la Constitución de 1978 por el que el Estado franquista fue maquillado como “estado democrático” gracias a la traición perpetrada por el oportunismo – en aquel momento histórico encarnado por PCE y PSOE – contra la clase obrera, lo que dicen unos y otros – reaccionarios, por un lado, y el oportunismo por el otro – y calibrar, siguiendo el método de análisis del desarrollo de la historia y de la sociedad de Marx, dichos planteamientos.

La posición de los herederos de Franco –PP y sus diferentes marcas, ya sean verde o naranja– así como aquéllos que, siendo tan reaccionarios como los fascistas, se colocan ropajes socialdemócratas -PSOE- para engañar al pueblo demostrándose que tanto unos como otros son iguales de lacayos de los monopolios – coinciden todos ellos en la defensa a ultranza de la Constitución de 1978, en su veneración.

 

Sin duda la posición de los dos partidos por excelencia de los monopolios, de la banca, es la de cumplimiento a rajatabla de la misma, señal inequívoca de que el gran triunfador en lo que se llamó periodo de Transición fueron los monopolios, los mismos que siempre apoyaron y sostuvieron al fascista Franco. Y señal inequívoca de que la Constitución de 1978 define y expresa la voluntad de los monopolios y sus intereses. Estos esbirros de los monopolios contemplan la Constitución de 1978 como la solución para todos los problemas del país, sin embargo, los hechos acontecidos durante estos 43 años evidencian no solo un agotamiento del capitalismo monopolista de Estado en España, sino cómo los problemas que trataron de cerrar en falso con la traición de 1978 siguen latentes y exacerbados. Es evidente que para ellos país es sinónimo de su clase social y de sus intereses económicos que no son otros que los del gran capital.

Pero ellos mismos han demostrado, con hechos, que dicha Constitución no sólo no es la solución para los problemas de la mayoría, de la clase obrera, sino que tan siquiera ha sido suficiente para ellos mismos pues, durante estos años, han tenido que ir modificándola para adaptarla a la agudización de la explotación de los monopolios así como para reprimir al pueblo, no solo transformándola mediante las sucesivas redacciones de leyes orgánicas (que es la forma en la que se implementan los artículos constitucionales), sino también para desplazar parte de la soberanía del Estado en favor de instituciones imperialistas supranacionales que son las que marcan tanto las políticas económicas como belicistas del bloque imperialista en el que se halla integrado el capitalismo monopolista de Estado español. Por tanto, esa Constitución que dicen que es inamovible, no ha cesado de moverse siempre que le ha sido necesario a los monopolios. Algo lógico, por otro lado, pues “la burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales.” [2] Y ello se visualiza perfectamente donde la concentración extrema del capital, donde la acentuación de la putrefacción del capitalismo estrangula no sólo a la clase obrera sino a capas más importantes de la burguesía, propiciando que los consensos que los monopolios y las diferentes facciones de la burguesía sellaron en el 78 hayan saltado por los aires. La concentración de capital provoca que grandes partes de la pequeña y mediana burguesía sean arrojadas a la ruina. Por otro lado, la incardinación e integración plena de los monopolios en las estructuras imperialistas internacionales y los consiguientes cambios jurídicos que armonizan la superestructura con el desarrollo de la base imperialista hacen que las burguesías periféricas de las naciones oprimidas contemplen como caen sus prebendas y cómo los monopolios arrasan sus feudos y les arrebatan parte de las plusvalías que antaño acumulaban estas, produciéndose el consiguiente choque.

Algunos partidos nacionalistas, ya sean abiertamente de derechas, como JxCat, como de “izquierda” como ERC, EH-Bildu, CUP o BNG, suscribieron para el día 6 de diciembre un documento, “Declaración: 43 Aniversario de la Constitución Española”. En dicha Declaración, estas organizaciones señalan que la Constitución es hija “de un referéndum constitucional, condicionado por la transición impuesta por la estructura fáctica heredada del franquismo, con la Monarquía Borbónica al frente” [3] y concluyen que “esta Constitución se sitúa como impedimento estructural de un futuro en democracia para nuestras naciones, siendo indispensable su reforma radical tanto en modelo de Estado como en derechos sociales (…) Seguiremos demandando y luchando por exigir al Estado un modelo que, desde el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado y del derecho de autodeterminación de los pueblos, permita a la ciudadanía de nuestros respectivos pueblos decidir democráticamente su modelo político y relación con el Estado. Somos naciones y queremos decidir democráticamente nuestro futuro.” [4]

Nadie que tenga la más ligera noción de lo que es una nación, de su definición, puede negar que Cataluña, Galicia o el País Vasco son naciones. El problema para estas naciones es que son naciones postergadas “que ya no se constituyen en Estados nacionales independientes: tropiezan con la poderosísima resistencia que les oponen las capas dirigentes de las naciones dominantes, las cuales se hallan desde hace largo tiempo a la cabeza del Estado”. [5]

La nación no es simplemente una categoría histórica, sino una categoría histórica de una determinada época, de la época del capitalismo ascensional. El proceso de liquidación del feudalismo y de desarrollo del capitalismo es, al mismo tiempo, el proceso en que los hombres se constituyen en naciones. (…) Pero allí, la formación de naciones significaba, al mismo tiempo, su transformación en Estados nacionales independientes.” [6]

Sin duda, Cataluña, Galicia o el País Vasco son naciones oprimidas, en tanto se les está negando su derecho a la autodeterminación. ¿Pero son una nación oprimida por el Estado español únicamente – es decir, por la burguesía del Estado opresor – o es oprimida también, y fundamentalmente, por el imperialismo, por los monopolios?

El capitalismo hoy no se encuentra en la fase de capitalismo ascensional, no se encuentra en la fase en la que se daban las condiciones para el surgimiento de las naciones que se constituyesen libremente en Estados-nación. Hoy nos encontramos en la fase putrefacta, monopolista del capitalismo donde un puñado de manos, de monopolios, son los que controlan el mercado mundial y dirigen con puño de acero el mundo desde instituciones imperialistas supranacionales – como por ejemplo es la Comisión Trilateral, el Club Bildelberg, Foro de Davos, etcétera, – siendo los Estados nación existentes auténticas marionetas, sucursales desde dónde se ejecutan lo que los organismos imperialistas supranacionales de los monopolios dictan.

A diferencia de la fase de capitalismo ascensional que es el periodo de alumbramiento de las naciones y la constitución de estas en Estados-nación, desde finales del siglo XIX “el capital se ha hecho internacional y monopolista. El mundo está ya repartido entre un puñado de grandes potencias, es decir, de potencias que prosperan en el gran saqueo y opresión de las naciones.” [7]

Las asociaciones monopolistas de capitalistas – cartels, sindicatos, trusts – se reparten entre sí, en primer lugar, el mercado interior, apoderándose de un modo más o menos completo de la producción del país. Pero bajo el capitalismo el mercado interior está inevitablemente enlazado con el exterior. Hace ya mucho que el capitalismo ha creado un mercado mundial. Y a medida que ha ido aumentando la exportación de capitales y se han ido ensanchando en todas las formas las relaciones con el extranjero y con las colonias y las ‘esferas de influencia’ de las más grandes asociaciones monopolistas, la marcha ‘natural’ de las cosas ha llevado al acuerdo universal entre las mismas, a la constitución de cártels mundiales.” [8]

El referéndum del 1 de octubre de 2017 y los hechos que acontecieron durante todo el mes de octubre de dicho año, así como antes del referéndum, demuestran la certeza del marxismo-leninismo, del mundo ya repartido en un puñado de monopolios que saquean inmisericordemente al mundo porque a día de hoy el mundo es exclusivamente suyo. Y por ello Puigdemont, Romeva y demás miembros del Govern de Catalunya trabajaron durante mucho tiempo las relaciones internacionales para que hubiera “un reconocimiento internacional”, siendo conscientes que el verdadero sujeto que autodeterminaría Cataluña, al igual que autodeterminaron determinados países de la Europa del Este tras la caída de la URSS a pesar de que los pueblos estuvieran en contra de las separaciones, no sería el pueblo catalán sino las potencias imperialistas, los monopolios. Si los EEUU, Rusia, China, Alemania y demás potencias imperialistas hubieran reconocido el referéndum, o reconocieran sin referéndum la independencia de Cataluña poco importaría lo que dijera o hiciera el Estado español. Pero la cuestión está en que la gran burguesía vasca, así como la catalana, está integrada en las estructuras imperialistas a través de la burguesía monopolista del Estado español que, a su vez, forma parte de esos órganos de poder de los monopolios y es una obra directa de los monopolios que gobiernan el mundo, primero sosteniendo al asesino Franco tras la derrota de Hitler y, después, diseñando y realizando la Transición cuyo resultado padecemos desde hace más de 4 décadas.

El derecho de autodeterminación significa que sólo la propia nación tiene derecho a determinar sus destinos, que nadie tiene derecho a inmiscuirse por la fuerza en la vida de una nación, a destruir sus escuelas y demás instituciones, a atentar contra sus hábitos y costumbres, a poner trabas a su idioma, a restringir sus derechos (…) El derecho de autodeterminación significa que la nación puede organizarse conforme a sus deseos. Tiene derecho a organizar su vida según los principios de la autonomía. Tiene derecho a entrar en relaciones federativas con otras naciones. Tiene derecho a separarse por completo. La nación es soberana, y todas las naciones son iguales en derechos.” [9] ¿Acaso la nación española es hoy soberana cuando no tiene tan siquiera capacidad para establecer una política monetaria propia o realizar unos presupuestos generales sin intervención exterior? ¿De qué soberanía se puede hablar en el Estado español si existe una Constitución que define un Estado hija de una Transición hecha a imagen y semejanza de la CIA? “En todo momento, la Transición se tutela desde Washington y se maneja desde dentro del Régimen, para que la actualización del franquismo no se desborde. Y en esa tarea colaboran también destacados políticos de la oposición. La acción coordinada de la CIA y el SECED busca imponer la reforma controlada e impedir a toda costa la ruptura. Desde marzo del 72, en el SECED se sigue con detenimiento la evolución de cada ‘familia política’ que pretende participar en la Transición (…)” [10] “En 1975, poco antes de la muerte de Franco, el New York Times afirma que la CIA mantiene importantes relaciones con todos los partidos políticos españoles, incluido el PCE de Santiago Carrillo para buscar una salida al Régimen. Dos años más tarde, el secretario general de esta formación comunista será invitado a viajar a Estados Unidos, caso único en la historia de los partidos de este signo, cuyos dirigentes han tenido prohibida la entrada en los Estados Unidos desde siempre. (…) La principal preocupación de los norteamericanos es mantener bien amarrado el régimen de Franco con el menor coste político para ellos en el plano internacional. Los norteamericanos mantienen hilo directo con Laureano López Rodó y apoyan también la Operación Lolita, que prepara a Juan Carlos de Borbón para suceder al Generalísimo. Inmediatamente después de subir al trono, el monarca realiza su primer viaje oficial a los Estados Unidos, donde recibe el espaldarazo del Imperio”. [11]

Mientras existió la URSS los movimientos de liberación nacional tenían un apoyo firme en su lucha por su emancipación nacional para romper la opresión imperialista. Sin embargo, una vez implosiona la URSS y fenece y el imperialismo no encuentra obstáculo, lo que hacen todos estos partidos que dicen llamarse independentistas no es más que una prédica estéril con la que sólo desvían a la clase obrera de la lucha primaria y real, que no es otra que la lucha por acabar con el imperialismo y construir el socialismo.

La “Declaración: 43 Aniversario de la Constitución Española” suscrita por partidos que se autodenominan de izquierda, aunque hayan refrendado la política de Rajoy en la moción de censura de junio de 2018, no pasa de ser una engañifa más contra la clase obrera, una nueva traición donde se desvía a la clase obrera del auténtico responsable de que los derechos nacionales que exigen sean barrados y negados. Hoy la lucha estriba en socialismo o imperialismo, hoy o la emancipación es de clase o no habrá emancipación de ningún tipo y ello es así no porque lo digamos nosotros, sino porque el desarrollo de las fuerzas productivas establece unas relaciones sociales que nada tienen que ver con las que tienen en sus cabezas esas direcciones pequeñoburguesas, más preocupadas en erigirse las patas socialdemócratas de las nuevos Estado-nación que anhelan, que en constatar que la concentración, la centralización, la prevalencia del mercado internacional sobre los mercados nacionales, los cuales ya han sido arrasados por los monopolios, siendo el mundo, en realidad, un único mercado, que en ver que la burguesía monopolista practica el canibalismo no sólo con el proletariado, sino con vastas partes de la burguesía a la que devoran y empujan a la ruina. Todo ello entierra progresivamente la forma histórica de comunidad humana burguesa, la nación y el Estado burgués que se vinculan inexorablemente a los designios del imperialismo, que no son otros que su óbito.

La “pata izquierda” del sistema (PODEMOS-IU-PCE), una pléyade de oportunistas y socialdemócratas que anteponen sus intereses particulares a los intereses de la clase obrera, no dudan en abrazar a la reacción del Estado y, por tanto, colaboran en la represión y la explotación de la clase obrera – algo, por otro lado, refrendado tanto con su voto en el parlamento la política de los fascistas en la moción de censura al corrupto Rajoy el pasado 1 de junio de 2018, así como por su acción de Gobierno. Todo esto no es novedoso, es lo que llevan realizando desde hace más de 43 años.

Como buenos oportunistas que son, sus mensajes son totalmente contradictorios. Por un lado hablan de que la Constitución es papel mojado porque no se cumplen sus articulados consistentes en los supuestos derechos de la ciudadanía, por otro lado hablan de avanzar hacia un proceso constituyente. Dentro de esa amalgama de oportunistas, PODEMOS defiende una reforma constitucional que pivote sobre tres ejes: profundizar la democracia en la sociedad española acrecentando la participación electoral, dar una solución territorial (que para ellos pasa por el federalismo) y solventar la cuestión social, fórmula a la que estos personajes que se ocultan en la palabra para tapar su adhesión inquebrantable al imperialismo denominan “república solidaria, plurinacional y feminista”. Pero tras todo el follaje dialéctico de estos charlatanes, lo que comprobamos es su sometimiento lacayuno a los monopolios, a las instituciones y, totalmente clarificador es leer su programa con el que concurrieron a las elecciones generales de 2019 titulado “la historia la escribes tú” y, concretamente, lo que hay que hacer con el artículo 38 de la Constitución de 1978:

 

Quiere decir esto que para PODEMOS el capitalismo monopolista es sacrosanto. Quiere decir esto que para PODEMOS la propiedad privada sobre los medios de producción es sagrada y que los poderes públicos garanticen el capitalismo y la productividad en favor de los empresarios, o lo que es lo mismo, que si el pueblo osa ir contra el capitalismo el Estado no dude en restablecerlo, y para ello están las fuerzas represivas del Estado.

Por tanto, si PODEMOS no plantea cambiar la base económica es falso que pretenda transformar la sociedad pues es el ser social el que determina la conciencia social, la superestructura y no la charlatanería barata de sus dirigentes que lo único que hacen son ejercicios de ambigüedad y filibusterismo al objeto de engañar a los trabajadores y salvaguardar los intereses del gran capital. PODEMOS es tan defensor del capitalismo monopolista de estado como el PSOE, el PP y demás partidos burgueses y así lo acredita no solo su programa sino su acción de gobierno totalmente lacayuna a los monopolios y su régimen.

Por otro lado, IU habla abiertamente y sin ambages de III República. En el programa de esta organización y con el que se presentó a las elecciones generales de 2019, denominado “Programa para un país que lucha, programa para un país con futuro” apela a “una nueva Constitución hecha por el pueblo y para el pueblo” donde señala “algunas de las conquistas de la izquierda para el texto constitucional no son hoy más que papel mojado (…) En los últimos años son varios los síntomas del colapso del modelo, con una crisis económica y política que ha golpeado a la clase trabajadora y supone un vaciamiento de la democracia representativa al evidenciarse que las decisiones clave las adoptan las grandes fortunas, capaces de hundir o reflotar una moneda, los poderes económicos salvajes y carentes de control democrático, así como organismos europeos y mundiales que tampoco responden a ninguna legitimación democrática. Y con una crisis del modelo territorial cuyas costuras han saltado en Cataluña y que ha puesto de manifiesto la necesidad de un modelo territorial diferente. (…) Defendemos la República no solo por la Jefatura del Estado, sino porque es la afirmación de una radicalidad democrática: solo es legítimo el régimen que es república (…) No existe libertad si no se dan las condiciones materiales que la hagan posible (…) La libertad republicana es la ausencia de dominación, tanto en los ámbitos públicos como privados, por eso entendemos que el Estado republicano debe ser un Estado social y laico. Un Estado que ponga en el centro de su actuación la garantía de los derechos humanos, sin distinción de jerarquía ni relevancia entre ellos(…) Para ello, proponemos el inicio de un proceso constituyente que devuelva la voz y el poder de decisión de la ciudadanía (…) La III República se fundamentará en un modelo de Estado federal, defendiéndose el derecho de autodeterminación de los pueblos que conforman el Estado (…) tenemos como objetivo la consecución de una democracia avanzada en el marco de un Estado federal, republicano y solidario que amplie los marcos de libertad y participación y garantice el bienestar económico, social y cultural de los ciudadanos y ciudadanas”.

La indecencia de IU todavía es mayor a la de PODEMOS, y eso que en este último caso estamos hablando de niveles superlativos de indecencia, puesto que reconocen que “los poderes económicos”, como denominan a los monopolios, imponen sus dictados pasando por encima del pueblo, demostrándose que no hay más que la dictadura despiadada de los monopolios y, sin embargo, en lo concerniente a atacar la raíz de la forma de actuar de los monopolios, que no es otra que el pleno control sobre los medios de producción, IU no dice absolutamente nada como tampoco dice nada de salir de las agrupaciones imperialistas en las que el Estado español está presente. Nuevamente Marx desenmascara a estos farsantes que pretenden alterar y cambiar la superestructura sin alterar en lo absoluto la base económica, o lo que es lo mismo, el ser social. Si como dice IU “No existe libertad si no se dan las condiciones materiales que la hagan posible” y no toman medidas en el terreno económico para cambiar la base económica imperialista, la cual es la responsable de que la mayoría obrera esté despojada de los medios de producción y, por consiguiente, del acceso a los bienes materiales necesarios para la vida y por tanto sufren la explotación ¿Cómo pueden construir una libertad de algún tipo si la mayoría está sometida a los poseedores de los medios de producción sobre los que no se actúa en lo absoluto? Y, tras el indecente comportamiento de Rabell, Coscubiela y demás diputados en el Parlament de Catalunya en octubre de 2017, votando de manera pública en lugar de en secreto para que los instrumentos de represión del Estado – jueces en este caso – vieran claramente que votaban NO a la declaración que se sancionaba en el Parlament actuando como auténticos chivatos del Estado fascista es, cuanto menos obsceno, que hablen de derecho a la autodeterminación a la luz de su forma de actuar. Más adelante hablaremos del federalismo.

Los Partidos Comunistas

Llegados a este punto, lo que procede es valorar las soluciones y las consignas que los partidos comunistas dan con respecto del modelo de Estado que en estas fechas suelen reiterar.

Comprobamos que algunos de los partidos que se autodenominan comunistas reiteran consignas como la República democrática y popular, la República popular y federal, República federal, etcétera donde los términos federal, confederal y popular se llevan la estrella por su reiteración.

Hay organizaciones que lanzan la consigna de la república democrática y popular como vía hacia el socialismo. La república democrática y popular fue una forma de dictadura del proletariado que surgió y se desarrolló bajo unas condiciones que hoy no existen. El momento histórico de las repúblicas democráticas y populares fue aquél donde existía la URSS que otorgaba todo tipo de apoyo a dichas democracias populares. Se dieron en países, fundamentalmente, que pretendían realizar una transformación de la etapa de liberación nacional, de democratización y rompimiento con el imperialismo hacia el socialismo. Unos procesos que se dieron tras la victoria de la URSS contra el fascismo, donde capas de la pequeña y mediana burguesía del campo y de la ciudad se aliaron con el proletariado para deshacerse de la gran burguesía y los grandes terratenientes. Las condiciones internas y externas que se daban en aquel periodo histórico de la década de los 40s del siglo pasado tras la Segunda Guerra Mundial y la victoria de la URSS permitieron que cuajase la fórmula de la alianza del proletariado con parte de la pequeña y mediana burguesía que organizativamente se mostraba como un sistema multipartidista que representaba los intereses de las diferentes clases sociales que componían la alianza o frente popular.

Sin duda, las condiciones existentes hoy son diferentes: no existe la URSS, los monopolios han avanzado y han instalado al mundo en la reacción, la cual hoy no está a la defensiva sino a la ofensiva por la tremenda derrota que supuso para la clase obrera y para el progreso social la caída de la URSS. Por otro lado, el desarrollo del imperialismo ha hecho que la pequeña y la mediana burguesía hayan sido arrojadas a la ruina, de tal modo que la proletarización de la sociedad cada día es superior. El desarrollo de las fuerzas productivas ha fortalecido a la clase obrera como sujeto revolucionario – tanto cuantitativamente por el incremento de la desigualdad y la progresiva desaparición de la pequeña burguesía como cualitativamente, puesto que la clase obrera hoy está más instruida y tiene un nivel cultural superior – pues hoy la clase obrera es la única responsable no solo de la producción sino también es la responsable de que se muevan las propias instituciones de los imperialistas siendo capaces, por sí mismos, de mover la maquinaria administrativa y burocrática del Estado burgués. Por el contrario, en la década de los 40s y 50s del siglo pasado, el nivel de instrucción del proletariado hacía que éste requiriese de la participación de capas de la burguesía para desarrollar las mencionadas tareas.

El desarrollo de las fuerzas productivas materiales hoy es infinitamente superior comparándolo con el siglo XX, habiendo generado este desarrollo unas relaciones de producción y una sociedad que no sólo no es igual al de la proliferación de las repúblicas democrático-populares, sino que las condiciones hoy, con la robotización y la automatización de la producción consecuencia del ingente desarrollo tecnológico, son totalmente revolucionarias porque la revolución, atendiendo a las tesis de Marx, ya está lanzada pues, sin duda, hoy se cumplen las condiciones objetivas expuestas por Marx para la desaparición del capitalismo y su superación por una formación socioeconómica de orden superior, esto es, el socialismo, como se constata en lo expresado por Marx: “Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan, o por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización”.

Hoy, el desarrollo de las fuerzas productivas no se corresponde ya con las relaciones de producción del capitalismo. La automatización de la producción desequilibra por completo la composición orgánica del capital en favor del capital constante y, por tanto, agudiza todavía más la agonía del imperialismo pues, por un lado, se acrecienta la producción y, por el otro, y al minimizarse el capital variable se reduce la extracción de plusvalía y al automatizarse la producción se arrojan a más trabajadores a la miseria, al paro, perpetuando las crisis de superproducción.

Por tanto, reivindicar hoy la república democrática y popular no es más que no entender absolutamente nada del marxismo-leninismo, es no conocer cómo se han desarrollado las fuerzas productivas durante estas 8 últimas décadas ni la desarmonización de éstas con las relaciones de producción que el imperialismo ha ido generando durante este periodo de tiempo y, por consiguiente, tampoco aquellos que reivindican la república democrática y popular han sido capaces de comprobar cómo el desarrollo de las fuerzas productivas ha ido alterando y transformando una sociedad mucho más desigual, donde la pequeña burguesía tiende a la desaparición, al igual que más capas de la burguesía, y donde el proletariado no sólo se ha ensanchado numéricamente – como consecuencia de la ruina y desaparición de la pequeña burguesía fruto de la concentración del capital – sino también cualitativamente, correspondiendo no otra cosa que la sustitución del imperialismo por el socialismo, un socialismo mucho más desarrollado que el que pudo existir en el siglo XX pues el desarrollo de las fuerzas productivas es infinitamente superior. Y como no, lo que corresponde a la base económica socialista, ya con un alto grado de desarrollo, no es otra cosa que únicamente la dictadura del proletariado, sin alianzas de éste con nadie.

Otras organizaciones apelan a lo que denominan república popular y federal, consigna que muestran que esas organizaciones siguen ancladas en el oportunismo que impregnó el Movimiento Comunista en la segunda mitad del siglo XX y a las que se les ha olvidado cómo se analizan los hechos y los fenómenos siguiendo el método de análisis marxista, y más concretamente, se les ha olvidado completamente el materialismo histórico. La república popular y federal es una forma de estado donde la clase obrera establece una alianza con la pequeña burguesía de la ciudad y del campo y demás sectores populares que se establece como un paso intermedio para profundizar en la democratización y nacionalización de los medios de producción como paso previo a avanzar al socialismo, que se desarrollaría en una segunda etapa como culminación del citado proceso de tránsito del capitalismo hacia el socialismo.

Sin embargo, la democracia burguesa no es más que la expresión o reflejo político de la libre competencia donde las diferentes fracciones de la burguesía pugnaban por salvaguardar sus intereses económicos en la fase de capitalismo ascensional. “Así, pues, el siglo XX señala el punto de viraje del viejo capitalismo al nuevo, de la dominación del capital en general a la dominación del capital financiero.” [12]. Ergo, como “el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general” [13] con el dominio del capital financiero, con el imperialismo, el capitalismo pasa a su fase monopolista donde la libre competencia pasa a formar parte del museo de la historia imponiéndose la dominación de los monopolios y, por tanto, al producirse una transformación de la base económica se produce forzosamente una transformación de la superestructura, pues de lo contrario estaríamos negando la filosofía del marxismo-leninismo, la dialéctica, de tal modo que “en el aspecto político el imperialismo es, en general, una tendencia a la violencia y a la reacción” [14]. Por tanto, en el desarrollo del capitalismo, en su fase imperialista ya han sido completadas todas las tareas democráticas que la burguesía podría efectuar siendo lo único que puede hacer el trancar las ruedas de la historia para dilatar lo más posible la sustitución del capitalismo por un sistema superior, por el socialismo. Al igual que el viejo no puede retornar a su adolescencia, el capitalismo en su fase putrefacta y monopolista no puede volver a la libre competencia, ello lo ve hasta un niño de teta pero no los oportunistas ni aquellos que por más que enarbolen la bandera roja no han comprendido en nada el materialismo histórico.

El imperialismo ha centralizado hasta la extenuación el capital y, consecuentemente, el poder, ha arrasado los mercados nacionales convirtiendo el mundo en un único mercado donde los monopolios son los amos y señores, han liquidado las fronteras para el capital financiero, para los monopolios, que distribuyen internacionalmente el trabajo y han liquidado a la pequeña y mediana burguesía a las que han arrojado a la ruina a la par que dichos monopolios se han hecho más grandes mediante lo que los economistas burgueses denominan crecimiento inorgánico, o lo que es lo mismo, por haberse engullido a las capas inferiores de la burguesía las cuales han sido lanzados al pasto de la ruina incrementando las filas del proletariado en términos cuantitativos. Los Estados-nación se han convertido en lacayos de las agrupaciones supranacionales de los monopolios, desde donde éstos imponen a nivel planetario sus dictados en una centralización extrema del poder. Y mientras esta es la realidad y este es el barro sobre el que se va a erigir el socialismo – la concentración, la centralización y la automatización de la producción – aquéllos que dicen ser comunistas, pero que siguen repitiendo metafísicamente consignas que no corresponden ya a la realidad presente sino al siglo pasado, no se dan cuenta, porque han sido incapaces de analizar el presente con el materialismo histórico como método para ello, de que los imperialistas han hecho más por socavar el capitalismo que su prédica reiterativa y desfasada negando el desarrollo de la historia y pretendiendo llevar a la única clase revolucionaria, el proletariado, a aliarse con cadáveres que no tienen nada ya que aportar, como son la pequeña y la mediana burguesía – devoradas por los monopolios -, o pretenden dividir a los trabajadores con el federalismo, sosteniendo la forma histórica de comunidad humana que no se corresponde con el socialismo, cuando los imperialistas han arrasado con todo antagonismo, con toda división simplificando todo en un única cuestión: La socialización de los medios de producción que es la única manera de armonizar el desarrollo de las fuerzas productivas con las relaciones de producción, totalmente enfrentadas por el imperialismo. Ese es el único paso que corresponde hoy dar y no dar vueltas a la noria, cual burro con orejeras, que es lo que plantean los oportunistas que o no han comprendido nada o tratan de prestarles los últimos servicios a sus creadores, los imperialistas, tratando de desviar a la clase obrera de su misión histórica.

Sin duda hoy nos encontramos en las precondiciones que Marx expresa para la desaparición de una formación socioeconómica (en este caso el imperialismo) y su superación por una formación socioeconómica superior, el socialismo: “Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan, o por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización.” [15]

La automatización no corresponde ya al capitalismo, “la condición esencial de la existencia y de la dominación de la clase burguesa es la acumulación de riqueza en manos de particulares, la formación y el acrecentamiento del capital. La condición de existencia del capital es el trabajo asalariado” [16], y la automatización desequilibra completamente la composición orgánica del capital haciendo disminuir el capital variable y, consecuentemente, devorando el trabajo asalariado, es por ello que se cumple a rajatabla la ley de la tasa decreciente de ganancia. La automatización bajo el imperialismo conduce al despido de millones de trabajadores, al incremento exacerbado del ejército de reserva incurriendo en una contradicción pues el mayor perfeccionamiento de los instrumentos de producción en lugar de generar progreso social lo que hace es condenar a millones de seres humanos a la ruina, al paro, a la pobreza a la par que se reduce la obtención de plusvalía y la tasa de ganancia de los monopolios evidenciándose la caducidad plena del capitalismo monopolista. La automatización corresponde al socialismo a pesar de que se está desarrollando en el seno de la formación social capitalista, así como garantiza las condiciones materiales para la superación del imperialismo por un sistema superior, por el socialismo.

El propio capitalismo en su devenir evidencia que los padres del marxismo-leninismo tienen razón. Atendiendo al desarrollo de la formación socioeconómica capitalista el barro sobre el que se debe alumbrar el socialismo es el barro de la centralización, del internacionalismo proletario y dicho alumbramiento del socialismo, de una base económica diferente, sin duda, generará una superestructura diferente, donde patria será humanidad y las fronteras se irán diluyendo a la par que el socialismo se vaya imponiendo. Sin duda las condiciones revolucionarias que hoy se dan permitirán que el socialismo que está por construirse sea superior a la experiencia soviética y, sin duda, liquidará de la faz de la Tierra al capitalismo ya moribundo.

 

Diciembre de 2021

Francisco J. Barjas.

Secretario General del Partido Comunista Obrero Español (P.C.O.E.)

Bibliografía:

[1]: C. Marx y F. Engels. Obras Escogidas Tomo I, págs. 269-270. Editorial Progreso. Moscú, 1980.

[2]: C. Marx y F. Engels. Obras Escogidas Tomo I, pág. 56. Editorial Progreso. Moscú, 1980.

[3]: Declaración: 43 Aniversario de la Constitución española. BNG, CUP, EHBILDU, ERC, Junts, Més per Mallorca, Més Menorca.

[4]: Ibidem.

[5]: J.V. Stalin. Obras Completas Tomo II, pág. 115. Editorial Progreso. Moscú, 1973.

[6]: Ibidem.

[7]: V.I. Lenin. Obras Escogidas Tomo I, pág. 370. Editorial Progreso. Moscú, 1961.

[8]: V.I. Lenin. Obras Escogidas Tomo I, pág. 399. Editorial Progreso. Moscú, 1961.

[9]: J.V. Stalin. Obras Completas Tomo II, pág. 117. Editorial Progreso. Moscú, 1973.

[10]: Alfredo Grimaldos (2013). Las claves de la Transición 1973-1986 (para adultos). De la muerte de Carrero Blanco al referéndum de la OTAN. Pág. 94.

[11]: Alfredo Grimaldos (2013). Las claves de la Transición 1973-1986 (para adultos). De la muerte de Carrero Blanco al referéndum de la OTAN. Pág. 58.

[12]: V.I. Lenin. Obras Escogidas Tomo I, pág. 390. Editorial Progreso. Moscú, 1961.

[13]: C. Marx y F. Engels. Obras Escogidas Tomo I, págs. 269-270. Editorial Progreso. Moscú, 1980.

[14]: V.I. Lenin. Obras Escogidas Tomo I, pág. 408. Editorial Progreso. Moscú, 1961.

[15]: C. Marx y F. Engels. Obras Escogidas Tomo I, págs. 269-270. Editorial Progreso. Moscú, 1980.

[16]: C. Marx y F. Engels. Obras Escogidas Tomo I, pág. 60. Editorial Progreso. Moscú, 1980.




El Estado español con el imperialismo: el caso de Yunior García y otros mercenarios

El pasado 17 de noviembre supimos que el nuevo títere de los imperialistas estadounidenses en Cuba, Yunior García Aguilera, dirigente del grupo disidente Archipiélago y cabeza visible de las últimas protestas contra el gobierno cubano, llegó a España. Todo ello a través de un visado de turista y en un vuelo comercial con conocimiento total del gobierno cubano, que no impidió en ningún momento este traslado. Pese a esto, Yunior García se presenta como un “refugiado político” que huye de una supuesta dictadura que le ha hecho sentir “como un judío en la Alemania Nazi”.

Pese a que en la entrevista concedida al diario El Mundo se califica como “progresista” y “de izquierdas”, en ningún momento se solidariza con los reprimidos y asesinados por gobiernos derechistas alineados con los grandes monopolios, como puede ser el caso de Chile, Ecuador o Colombia, sino que carga contra países progresistas como Nicaragua o Venezuela, siguiendo con la agenda imperialista de EEUU en América Latina. Así mismo, su primer encuentro con alguien de la política ha sido con el fascista Pablo Casado, lo que no es de extrañar, pues el PP desde su think tank, la Fundación FAES, no ha dejado de liderar campañas contra el socialismo cubano desde Europa. Tampoco es desdeñable el apoyo de VOX, abiertamente fascista, que desde los medios de comunicación no ha dejado de apoyar las protestas contra el gobierno cubano, destacando Rocío Monasterio – hija de terratenientes azucareros beneficiados por la dictadura de Fulgencio Batista – o a Hermann Tertsch, al que se le denegó el permiso para entrar en Cuba con la intención de participar directamente en las protestas.

Todo esto teniendo en cuenta que en el mes de mayo, cuando el ejército colombiano asesinaba a su propio pueblo a las órdenes de Iván Duque, su líder Santiago Abascal apoyó abiertamente esta represión – “Las democracias deben defenderse”, argumentaba el fascista –, al tiempo que acusaba a los manifestantes de ser “agentes castristas y maduristas”.

En la misma línea, Ciudadanos no ha dejado de defender al presidente de Colombia al mismo tiempo que participa en campañas contra Venezuela. Todo esto nos demuestra que a estas organizaciones no les preocupa en absoluto las supuestas violaciones de los Derechos Humanos que se cometan en Cuba, Venezuela o Nicaragua, simplemente siguen los dictados imperialistas de EEUU y los grandes monopolios alineados con este país.

Pero veamos qué posturas tiene el autodenominado “gobierno más progresista de la historia” formado por el PSOE y Unidas Podemos. El ministro Félix Bolaños confirmó que el gobierno facilitó la llegada de Yunior García a España, algo que no debería sorprendernos, pues el Estado español lleva desde hace décadas acogiendo a diferentes contrarrevolucionarios de América Latina. Ya en época del presidente Zapatero, a través de las negociaciones del ministro Moratinos, Cuba liberó a presos contrarrevolucionarios a sueldo de EEUU que fueron trasladados a España. Estos mismos cubanos, una vez que llegaron a este país, pidieron regresar a Cuba (la misma Cuba que Yunior García equipara a la Alemania Nazi, banalizando de forma estúpida el Holocausto) por un supuesto “trato hostil”. Lo cierto es que estando en territorio español estos contrarrevolucionarios no recibirían los beneficios económicos estadounidenses por su activismo contra el socialismo cubano, algo que sí sucedía en Cuba. No se trata de ningún “trato hostil” por parte del gobierno, sino una cuestión de dinero.

En la misma línea, el presidente Pedro Sánchez dio refugio en la embajada española de Venezuela al opositor Leopoldo López, detenido por el homicidio de 43 personas durante las protestas en las guarimbas del 2014. Actualmente, se encuentra viviendo en el Estado español. El gobierno de Pedro Sánchez tampoco dudó en reconocer a Juan Guaidó como presidente de Venezuela en el 2019. No en vano, en la ciudad de Madrid se está formando una importante comunidad venezolana formada por millonarios que viven en el barrio de Salamanca que se ven a sí mismos como “exiliados” o “refugiados políticos”, al más puro estilo de las mafias cubanas y venezolanas de Miami. Así mismo, ya en 2021 Pedro Sánchez cargó contra la Nicaragua sandinista dirigida por el presidente Daniel Ortega y meses después condecoró al presidente colombiano Iván Duque, a pesar de contar con la oposición, entre otros colectivos, de la población colombiana migrante en España que protestó en las calles por su visita a la capital del país. Con esto se demuestra, al igual que en el caso del PP, VOX y Ciudadanos, que al “gobierno más progresista” poco le importa la represión contra la población civil, sólo quieren contentar a los grandes monopolios alineados con EEUU. A pesar de todo, se nos insiste en que este gobierno es “chavista” o, más bien, “social-comunista”.

No olvidemos, además, que tanto Leopoldo López como Juan Guaidó pertenecen a un partido (Voluntad Popular) afiliado a la Internacional Socialista (a la que también pertenece el PSOE) y se ven a sí mismos como “centro-izquierda” o “socialdemócratas”, lo cual demuestra una vez más que la socialdemocracia está putrefacta y le abre el camino al fascismo. Tampoco obviemos que el presidente Carlos Andrés Pérez fue vicepresidente de esa Internacional Socialista al mismo tiempo que mandaba al ejército a reprimir las protestas del pueblo venezolano ante las medidas injustas que se le imponían, causando miles de muertos en un episodio que sería conocido como Caracazo en 1989. Contra este presidente reaccionario se rebelaron los militares progresistas, encabezados por el comandante Chávez, años después.

No podemos dejar de hacer mención a los auténticos refugiados políticos en el Estado español, entre ellos muchos saharauis que sufren un trato abiertamente discriminatorio. Uno de ellos es Faysal Bahloul, activista saharaui residente en España desde hace 23 años, que ha sido entregado por el gobierno a Marruecos, plegándose una vez más a los intereses de una satrapía dirigida por una oligarquía que reprime abiertamente al pueblo saharaui así como a la clase obrera marroquí. Tampoco pedirá a este régimen la liberación de la activista saharaui Sultana Khaya (bajo arresto domiciliario sin orden judicial), así como de otros presos políticos que pueblan las cárceles de Marruecos. Ni exigirá a Israel la liberación de la cooperadora española Juana Ruiz, acusada falsamente de colaboración con el terrorismo, ni de los presos políticos palestinos.

Desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE) queremos denunciar esta complicidad del actual gobierno con el imperialismo estadounidense en América Latina, en el Sáhara Occidental, en Palestina y en cualquier otro sitio donde este se presente, convirtiendo al Estado español en refugio de contrarrevolucionarios. Sólo el socialismo podrá crear un país que bajo la línea del internacionalismo proletario colabore en la protección de los derechos de la clase trabajadora en cualquier lugar del mundo.

 

¡PROLETARIOS DEL MUNDO ENTERO, UNÍOS!

¡POR EL SOCIALISMO, POR LA SOLIDARIDAD ENTRE LOS PUEBLOS!       

 

Madrid, 8 de diciembre de 2021

SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




Trabajo temporal, empleo criminal

Que en Valdepeñas (Ciudad Real) se vaya a abrir un McDonald’s, evidencia la podredumbre del capitalismo. Se ha vendido la apertura de un McDonald’s en Valdepeñas como una buena noticia de cara a generar empleo en el municipio, unos 30 empleos pero a cambio se miseria y semi esclavitud.

No es nada nueva esta situación en la hostelería (contratos temporales, sueldos ridículos, muchas horas, etc.), pero si hablamos de las cadenas como Burger King, McDonald’s, Telepizza y compañía, no sólo mencionamos la precariedad laboral, sino también el cómo juegan con la salud de la gente, clientes y trabajadores.

En lo laboral, estas empresas comienzan su búsqueda de trabajadores (o futuros explotados) con anuncios tan sugerentes como “Ideal para compaginar con estudios” –traducción: los estudiantes necesitan trabajar para pagarse los estudios porque la educación realmente no es gratuita-, a lo que se suma que ofrecen trabajos de 20/25 horas semanales (media jornada) que se transforman en 30/35, con la mitad de cotización que esto supone.

En el caso de los repartidores, además de esos anuncios tan llamativos, hay que añadir que les prometen incentivos por cada reparto hecho. Estos incentivos son un reclamo más, aunque a primera vista podrían parecer un ingreso extra maravilloso para completar el ridículo y mínimo salario que los trabajadores de estas empresas (repartidores o no) reciben, pues se cobran los incentivos sólo si el local cumple unos requisitos de ventas y tiempos desproporcionados y prácticamente imposibles de alcanzar. No podemos hablar de los repartidores sin mencionar el tema de su seguridad. Los repartidores sufren una doble peligrosidad. Mientras que sus compañeros en barra y en cocina pueden sufrir los peligros típicos de la hostelería (cortes, resbalones…), a los repartidores, además de compartir con sus compañeros esos peligros, pues realizan trabajos de camarero/cocinero aun no siendo su tarea, se suman los peligros de la carretera, tales como ser embestidos por coches, camiones y demás, agravados por la velocidad a la que se les obliga a circular, y es que tienen un tiempo límite para entregar los pedidos que, de sobrepasarlos, pueden conllevar en amonestaciones, y esto también tiene el riesgo de que se juegan una multa por exceso de velocidad, multa que evidentemente pagará el repartidor, no la empresa, que tendrá que cubrir la sanción con una cantidad similar o superior a su salario mensual (alrededor de 300/400 euros).

No podemos obviar el caso del McDonald’s de Gamarra (Vitoria-Gasteiz), donde se ha despedido a una trabajadora por presentarse a las elecciones sindicales por un sindicato alternativo a los amarillistas siervos de la patronal (CCOO y UGT). Para estas cadenas, el presentarse a las elecciones sindicales es una odisea, más aún si no lo haces con los sindicatos de CCOO y UGT, pues si lo haces con uno medianamente opuesto al capitalismo, eres despedido.

La temporalidad se marca con contratos basura, por obra y servicio, de 25 horas semanales (en la práctica), que, en el caso por ejemplo de Burger King permiten contratar a un trabajador para 3 meses, renovar otros 3 meses y, hasta hace poco, al cumplir los 6 meses, hacer indefinido. Pero esto ya no es así, pues ahora no hacen indefinidos, sino que “criban” a la plantilla, para evitar tener que renovar y hacer más “estable” a los trabajadores.

Pasemos ahora a hablar del tema salud. La comida basura, que es la que estas cadenas venden, ha sido señalada como uno de los principales problemas de obesidad en el mundo. Al problema del sobrepeso se suman otros como la salud mental (aumenta el riesgo de padecer depresión entre los jóvenes), problemas cardiovasculares, hepáticos, respiratorios, diabéticos… es decir, venden enfermedad y muerte junto con una precariedad laboral abismal. Y es que es curioso como anuncian numerosas cadenas del estilo sus servicios, con lemas parecidos a “lo primero es el cliente”, claro, porque jamás serán lo primero los derechos laborales de los trabajadores, ni tampoco la salud de los consumidores. Realmente lo primero para ellos es la ganancia monetaria.

A todo esto se suman cuestiones que se reproducen en empresas de todos los sectores en este sistema, como la obligatoriedad de realizar determinadas formaciones en tu tiempo libre y desde tu propia casa, sustituyendo de esta forma el supuesto derecho a la formación que debería garantizar el Estatuto de los Trabajadores por unos cursos en vídeo realizados fuera del horario laboral y por tanto a coste del propio trabajador.

Éste es el trabajo precario y criminal que los medios anuncian a bombo y platillo como parte de la “recuperación económica”.

Trabajo temporal, mal pagado y que no permite a los trabajadores, principalmente a los jóvenes, independizarse o comprar una vivienda, condenando a millones de trabajadores a la máxima precariedad y un futuro de miseria. Esos mismos medios que se preguntan por qué los jóvenes ya “no quieren” comprar automóviles y vivienda, son los que blanquean la explotación del capitalismo y la miseria que este sistema genera cada vez a mayor ritmo.

Esta contradicción absoluta del capitalismo, en el que los trabajadores con cada vez menor poder adquisitivo no pueden consumir los bienes que cada vez se producen a mayor ritmo por la automatización de la producción, es totalmente insalvable y sólo puede ser resuelta por la vía revolucionaria, implantando un sistema que armonice las relaciones de producción, en el que la producción de bienes y servicios sirva exclusivamente a los intereses del pueblo y no para enriquecer a una minoría parásita. Sólo la derrocación del capitalismo y la construcción del Socialismo pueden garantizar un futuro para la clase trabajadora sin miseria, explotación y muerte.

 

COMITÉ PROVINCIAL DE CIUDAD REAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)